Fumar en parques, playas, piscinas, embarcaderos, zonas de recreo y plazas peatonales estará prohibido en Nueva York a partir del próximo 23 de mayo, tres meses después de que el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, firmara este miércoles una ley cuya aplicación se antoja difícil de garantizar.
«Gracias a los esfuerzos de los últimos nueve años hay 350.000 fumadores menos y los neoyorquinos viven dieciocho meses más que en 2002, pero aún queda trabajo que hacer: Aún hay 950.000 adultos que fuman en la ciudad y 18.000 adolescentes», apuntó este miércoles Bloomberg antes de ratificar la nueva ley.
Bajo la amenaza de una multa de hasta cien dólares, los neoyorquinos tienen tres meses para ir acostumbrándose a no fumar en cualquier lugar público donde se reúna la gente, entre ellos los 1.700 parques de la ciudad y sus 22 kilómetros de playas, al igual que céntricas zonas peatonales como Times Square.
La idea de esta norma, que fue aprobada por los legisladores al comienzo de este mes, es reducir el efecto del llamado «humo de segunda mano», el que inhalan los no fumadores («fumadores pasivos») por tener a alguien fumando cerca de ellos, así como la acumulación de colillas en lugares públicos.
«La creación de parques y playas libres de humo tiene sentido por muchas razones. Se reducirá el número de personas expuestas al ‘humo de segunda mano’, que tiene muchos efectos perjudiciales», explicó el alcalde, quien señaló que puede aumentar los problemas respiratorios, causar infecciones de oído y empeorar el asma.
Además, señaló que la exposición al humo ambiental del tabaco también tiene efectos adversos en el sistema cardiovascular y señaló que «los niños que están cerca de adultos que fuman están expuestos a más toxinas y pueden adoptar el hábito cuando son mayores».
«Si podemos proteger a nuestros niños de los peligros de fumar, podemos plantear toda una generación de neoyorquinos que estén libres de los peligros de la adicción a la nicotina», argumentó Bloomberg para defender esta controvertida ley.
El propio alcalde reconoció recientemente que la aplicación de esta normativa es bastante difícil de garantizar, aunque confió en la mentalidad «antifumadora» que se ha instaurado ya en la ciudad para que sean los propios neoyorquinos los que estigmaticen a quienes fumen en las playas o los parques a partir de mayo.
«La Policía no se va a dedicar a hacer cumplir esta ley. Ese no será su trabajo. La ley se hará cumplir a través de la presión social», dijo Bloomblerg en declaraciones a una emisora local sobre una norma que se espera que deje libre de humo de cigarrillos lugares emblemáticos como Times Square o el propio Central Park.
No están incluidos en esta prohibición lugares como las aceras de las calles, aunque estén al lado de los parques, o los aparcamientos, aunque, de acuerdo con la normativa vigente ya desde hace años, tampoco está permitido fumar en zonas de recreo infantil, bares, restaurantes y a la salida de acontecimientos deportivos, conciertos, teatros u hospitales.
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