El Consejo de Seguridad de la ONU expresó este viernes el temor de que Costa de Marfil se encamine hacia una nueva «guerra civil», tras la notable escalada de la violencia política en los últimos días en el convulso país africano. Los quince miembros del máximo órgano de seguridad internacional instan a todas las partes a que «ejerzan la máxima contención» para prevenir «la reanudación de la guerra civil» y resuelvan sus diferencias mediante el diálogo, dijo su presidente de turno, el embajador chino Li Baodong.
Asimismo, condenan las amenazas, los actos de violencia y los impedimentos a la labor de la misión de la ONU en Costa de Marfil (ONUCI) por parte de las fuerzas leales al gobernante actual, Laurent Gbagbo, enfrentado con la comunidad internacional por su negativa a abandonar el poder. Baodong indicó que les preocupa particularmente la escalada de violencia que se ha registrado en los últimos días, en particular en Abiyán, donde se han producido ataques a la población civil y del que han sido víctimas incluso mujeres.
Ante esta situación, reiteran su respaldo a los esfuerzos de la Unión Africana (UA) y de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) para encontrar una salida pacífica al conflicto entre Gbagbo y el líder opositor, Alassane Ouattara, al que la comunidad internacional considera ganador de las pasadas elecciones presidenciales del 28 de noviembre de 2010.
El embajador de Costa de Marfil ante la ONU, Youssouf Bamba, parte del Gobierno de Ouattara, consideró insuficiente la declaración del Consejo de Seguridad y exigió una actuación «más firme» de la comunidad internacional en su país. «Están asesinando a la gente según su etnia, matan a extranjeros y a cualquiera que se oponga a Gbagbo. Es inaceptable», afirmó el representante diplomático, quien acusó al gobernante marfileño de cometer «un genocidio» en su país.
Mandato de ONUCI
Bamba pidió a los miembros del Consejo de Seguridad que «adapten» el mandato de ONUCI a la realidad que vive Costa de Marfil, donde el «gobierno legítimo» se encuentra desde hace meses cercado en un hotel de la capital. Según explicó, Gbagbo «trata de todas las formas posibles de armarse» y dio credibilidad a la denuncia de que habría recibido helicópteros de ataque de Bielorrusia, pese a que Naciones Unidas admitió el miércoles de que esta información no era correcta.
Costa de Marfil está al borde de la guerra civil desde las pasadas elecciones presidenciales, pues Gbagbo no aceptó los resultados sancionados por la ONU que daban por ganador al opositor Alassane Ouattara. El gobernante marfileño apeló al Consejo Constitucional, formado por sus seguidores, que anuló casi un millón de votos en zonas donde Ouattara tenía amplia mayoría y le dio la victoria.
Gbagbo fue elegido presidente en 2000 para cinco años y se ha mantenido otros cinco en el poder debido a retrasos en la convocatoria de los comicios por la guerra civil, de 2002 a 2007, que dividió al país entre el sur, leal al Gobierno de Abiyán, y el norte, controlado por las Fuerzas Nuevas del actual primer ministro Guillaume Soro.
Redacción