Los ministros de Exteriores de la UE intentaron este sábado lanzar desde Hungría un mensaje de unidad en cuanto a su postura frente a la crisis en Libia, en medio de debates internos sobre una posible intervención militar en ese país árabe.
«Tenemos conclusiones claras y fuertes. Hemos iniciado una planificación prudente para todas las opciones», aseguró la responsable de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, tras una reunión informal de dos días de los ministros de Exteriores de la Unión en Gödöllö, cerca de Budapest.
«Estamos unidos al decir que el régimen (de Muamar el Gadafi) tiene que terminar. Es importante la presión para el cambio y necesitamos mantener nuestra presión», manifestó.
El ministro húngaro de Exteriores, János Martonyi, cuyo país preside la Unión Europea (UE) este semestre, agregó que «el mensaje de esta reunión es mucho más de unidad de lo que algunos pueden haber percibido».
«Estamos muy de acuerdo en los principios, algunos a corto plazo, otros a largo plazo. Pero la UE está unida, en la reunión aquí y en la de Bruselas (ayer), subrayando que pensamos y actuamos juntos», manifestó el ministro húngaro.
Francia había propuesto ayer lanzar ataques puntuales y bajo ciertas condiciones contra Gadafi, algo que Alemania, apoyado por numerosos países comunitarios, ha rechazado.
El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo este sábado en rueda de prensa en la sede del parlamento de Hungría, que «el futuro de Libia está manos de los libios».
«La revolución está dirigida por libios. No vivimos épocas coloniales, cuando fuerzas extranjeras intervienen. Nosotros decimos que si está en peligro la seguridad de la población, tenemos que examinar qué posibilidades tenemos», expresó con cautela.
«Antes de acciones de otro tipo, o sea, más allá de las sanciones políticas, tenemos que movernos dentro de un marco muy estricto. Asumimos la responsabilidad pero solo dentro de este marco», dijo Van Rompuy sobre la necesidad de una resolución del Consejo de Seguridad y el apoyo explícito de la Liga Árabe.
Situación histórica única
En la misma rueda de prensa, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, dijo que las revueltas en el mundo árabe son «una situación histórica única. Una acción militar descuidada podría derrumbar esta posibilidad».
Por su parte, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, aseguró ante la prensa en Gödöllö que su país cuenta con el apoyo de «muchos países miembros» de la UE en su postura de cautela ante cualquier intervención militar.
«No deberíamos amenazar imprudentemente con una intervención militar, sino tener como objetivo la libertad, la paz y la democracia, no sólo en Libia sino en toda la región», dijo.
«Debemos evitar medidas que podrían causar lo contrario, es decir, menos libertad y una guerra, e incluso un retorno a viejos sistemas autocráticos o la llegada de fundamentalistas religiosos», advirtió Westerwelle.
Según dijo el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, con una opción militar «no se trata de instalar un gobierno (nuevo en Libia) sino de dar los medios (a la rebelión) para proteger a la población». El ministro galo reconoció que para eso, es necesario «un mandato de la ONU y el apoyo de los países árabes».
En ese sentido, Ashton manifestó en rueda de prensa, tras concluir la reunión ministerial, que es «clave» que la UE siga en contacto con el mundo árabe y consulte a sus socios.
Reunión entre Ashton y Musa
La Alta Representante anunció que viajará este domingo a El Cairo para hablar con el secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, y con el primer ministro y ministro de Exteriores egipcios.
Agregó que la UE, en conjunto con los países candidatos a la adhesión, incluyendo Turquía, están «en la posición única de no imponer soluciones sino de dar apoyo a los cambios históricos que están sucediendo» en esa región.
En cuanto a la perspectiva de ampliar las sanciones contra el régimen de Gadafi, Ashton explicó que primero debe analizarse el impacto que tienen las medidas punitivas impuestas hasta ahora.
«Necesitamos una planificación prudente. Hemos impuesto sanciones sobre individuos y sobre entidades (libias). Tenemos que analizar su impacto y tenemos que ver qué más podemos hacer», concluyó.
Ashton agregó que la UE planea presentar a los países árabes en transición democrática ayudas concretas, como dinero en efectivo, acceso a sus mercados y la posibilidad de mayor movilidad por Europa para las jóvenes generaciones árabes.
Por su parte, Martonyi opinó que a raíz de los cambios en los países árabes existe la posibilidad de que «se forme una región de países democráticos desde el Atlántico hasta el Golfo (Pérsico)», aunque no excluyó la posibilidad de una evolución «negativa».