El presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, advirtió este martes de que cualquier intento de dar un golpe de Estado para tomar el poder llevará al país a una guerra civil. Saleh hizo está declaración durante una reunión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que fue transmitida en directo por la televisión pública yemení.
«Cada dirigente tiene que asumir su responsabilidad en su zona para mantener la seguridad de la institución militar porque cualquier división se reflejará negativamente en la estabilidad de la nación», afirmó.
Asimismo, insistió en que la institución militar es «estable» y debe respetar las leyes y la Constitución, un día después de el «número dos» del Ejército anunciase que se unía a los manifestantes que desde hace casi dos meses protestan contra Saleh. Sobre éstos, el presidente yemení dijo que «los jóvenes de la revolución son víctimas de fuerzas políticas antiguas, cuyo objetivo es el poder y después de que lleguen al poder, renunciarán».
«Los Hermanos Musulmanes no aceptan a los comunistas, los naseristas no aceptan a los Hermanos Musulmanes, ni los hutíes (rebeldes chiíes) aceptan a los Hermanos Musulmanes. Nadie acepta al otro. Cada uno tiene una agenda y todos quieren llegar al poder, y después de que lleguen ¿qué?», comentó Saleh.
Saleh hizo estas declaraciones al día siguiente de que el considerado «número dos» del Ejército, general de división Ali Mohsen, anunciara su respaldo «a la revolución del pueblo y sus peticiones». El viernes pasado, Saleh impuso el estado de emergencia en todo el país, coincidiendo con una matanza en los alrededores de la Universidad de Saná que causó al menos 45 muertos y 270 heridos.
El Yemen es escenario de protestas políticas contra el régimen de Saleh desde el pasado 27 de enero, aunque se intensificaron a mediados de febrero pasado.
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