Un enviado del líder libio, Muamar al Gadafi, ha conversado los últimos días en Londres con funcionarios del Gobierno británico y sondeado al parecer una posible salida para éste y su familia, informaron hoy los medios de Reino Unido.
Se trata de Mohammed Ismail, ayudante de uno de los hijos del coronel Gadafi, a quien los representantes del Gobierno británico le dijeron lo mismo que el primer ministro, David Cameron, ha expresado en público: que el coronel tiene que dejar el poder.
«En todos los contactos que establecemos, dejamos claros que Gadafi tiene que irse», explicó un portavoz del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores).
Según la BBC, Ismail, ayudante de Saif al Islam Gadafi, el hijo del coronel que estudió en la London Schoolf of Economics, visitó la capital británica en días pasados.
El Foreign Office se ha negado, sin embargo, a comentar la visita con el argumento de que no van a hablar continuamente de sus contactos con funcionarios libios.
Según la BBC, el representante del régimen de Gadafi, que mientras tanto parece haber regresado al país norteafricano, trató de sondear una posible estrategia de salida para el líder libio.
La posición oficial del Gobierno británico es la de animar a todos los que rodean al coronel a abandonar el que califican de «régimen brutal».
En la capital británica corren rumores según los cuales los hijos del coronel, especialmente Saif al Islam, Saadi y Mutassim, quieren discutir estrategias de salida ya sea para toda la familia, ya sólo para el coronel.
El miércoles se produjo ya la primera defección importante cuando el ministro libio de Exteriores, Musa Kusa, voló al Reino Unido, donde explicó que no quería seguir representando al régimen libio.
Cameron afirmó ayer que la defección de Kusa «habla bien claro de la desesperación y el temor existentes en la misma cúspide del corrupto y tambaleante régimen de Gadafi».
En respuestas a los periodistas, Cameron insistió por otro lado en que su Gobierno no ha ofrecido inmunidad a hasta ahora jefe de la diplomacia libia, que estuvo también varios años al frente de los servicios de inteligencia exterior de su país, en relación con el atentado de Lockerbie (Escocia).
La fiscalía escocesa quiere interrogar a Kusa en relación con aquella acción terrorista contra un avión de la compañía estadounidense Pan Am que sobrevolaba aquella localidad escocesa, que causó la muerte de 270 personas y por el que fue condenado a cadena perpetua su compatriota Abdul Baset Ali al Megrahi.
El terrorista libio fue puesto en libertad en 2009 por la justicia escocesa después de que se le diagnosticara un cáncer de próstata en estado avanzado.
La decisión de liberar a Al Megrahi, que continúa vivo pese a aquel diagnóstico, causó fricciones entre Gran Bretaña y el Congreso de Estados Unidos, país al que pertenecían la mayoría de quienes viajaban en el avión.