La lupa mundial se ha puesto sobre la operación de los Seal (sea, air, land) de la marina de guerra norteamericana para matar a Bin Laden. Desde la mañana un vecino de Bin Laden twitteó que estaba oyendo helicópteros. Bien, pues no eran los norteamericanos. Los pedazos de aparato que han sido fotografiados no existen oficialmente. Eso dice el Pentágono, que niega aún hoy que exista el ‘Stealthawk’, un helicóptero secreto que ha sido visto (explotado, quemado y a trozos, eso sí) por primera vez en la operación contra Bin Laden.
Los ‘blackhawk’ son populares, en parte gracias al relato del fiasco de los rangers americanos en Mogadiscio en 1993, que llevó al cine Ridley Scott (“Blackhawk derribado”). El ‘stealthawk’ es el hermano secreto y silencioso del helicóptero de maniobra del ejército americano. Se basa en los mismos conceptos que el caza fantasma (F-117 stealth) e invisible para los radares. Materiales sofisticados y superficies planas para evitar la firma radar. También unos resortes planos sobre los rotores para ahogar el ruido de las aspas. El objetivo es que no se “vea” (camuflado también para los radares) y no se oiga, en la medida de lo posible.
Por eso los guardaespaldas de Bin Laden no se debieron dar cuenta de que dos helicópteros con 20 comandos se les echaban encima. El aspa de uno de los aparatos rozó una pared y se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia. Los navy seal’s lo reventaron con cargas explosivas para preservar el secreto de su tecnología. Ha sido una presentación en escena estelar, qué duda cabe.
Redacción Estrella Digital