El Gobierno de Cuba afirmó que el disidente Juan Wilfredo Soto García falleció de «muerte natural» por una pancreatitis aguda, negó que la policía le golpeara y denunció una «nueva campaña difamatoria» orquestada contra la revolución. En una nota oficial divulgada en la televisión estatal, el Ejecutivo cubano denuncia que «elementos contrarrevolucionarios, de manera inescrupulosa, fabricaron la mentira de que este deceso fue consecuencia de una supuesta golpiza que le habían propinado agentes del orden interior».
«Las pruebas patológicas practicadas al occiso arrojaron una muerte de tipo natural estableciéndose como causa preliminar shock multifactorial por fallo multiorgánico debido a una pancreatitis. No se observaron signos de violencia internos o externos», según el comunicado leído al inicio del noticiero de la televisión cubana.
Representantes de la disidencia interna cubana denunciaron la muerte de Soto García el domingo 8 de mayo en un hospital de la ciudad central Santa Clara, a consecuencia de una supuesta paliza que, según la oposición, le propinó la policía dos días antes. La versión ofrecida por el Gobierno es que el disidente ingresó el 6 de mayo en el Hospital Arnaldo Milián Castro de esa ciudad «al presentar un dolor abdominal intenso provocado por una pancreatitis aguda».
Posteriormente, se le diagnosticó, además, una descompensación por otras enfermedades como miocardiopatía dilatada, hiperlipidemia (exceso de grasa en sangre), diabetes y hepatitis crónica «producto de hígado graso». El Gobierno cubano señala en su nota que el 5 de mayo -un día antes de que el disidente fuese hospitalizado- Soto García provocó en un parque de Santa Clara una «alteración del orden» y que fue conducido a una unidad policial pero «quedó liberado tres horas después sin incidencia alguna».
Según el comunicado gubernamental, el fallecido disidente tenía «antecedentes delictivos como alteración del orden, hurtos y lesiones graves» por los que estuvo en prisión durante dos años. Añade que «en los últimos tiempos se vinculó a elementos contrarrevolucionarios que lo usaron para sus actividades provocadoras».
En su nota, el Gobierno también critica la «amplificación» del suceso por parte de «los medios de la desinformación imperial, fundamentalmente de Europa y Estados Unidos, donde incluso algunos voceros gubernamentales han expresado presuntas preocupaciones por el hecho». «Cuando se ratifica el amplio apoyo popular a los resultados del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba y el pueblo se empeña en la implementación de los lineamientos aprobados, los enemigos externos e internos intentan desvirtuar la realidad cubana y socavar el prestigio internacional de la revolución y su fortaleza moral», añade la nota.
Soto García, que murió en la madrugada del 8 de mayo y fue enterrado el domingo por la tarde en Santa Clara, tenía 46 años y era miembro del Foro Antitotalitario Unido, al que también pertenece el periodista independiente y psicólogo Guillermo Fariñas, premio Sájarov 2010 del Parlamento Europeo.
Según referencias de opositores que le conocían, el fallecido era conocido en los ambientes disidentes con el apodo de «El Estudiante», por haber sido detenido por primera vez a la edad de 16 años.
Redacción