El Dalái Lama ha transferido su «autoridad formal» política a los dirigentes tibetanos electos en el exilio, aunque sigue siendo el líder espiritual del Tíbet, informó hoy la agencia de noticias india IANS.
«Las modificaciones que nosotros (el Parlamento tibetano) hicimos de la Constitución, fueron aprobadas ayer (domingo) por Su Santidad», indicó el portavoz de la secretaría del Parlamento de Tíbet, Norbu Tenzin, a IANS.
«Los poderes administrativos y políticos del Dalái Lama serán legados sin reservas a los líderes democráticamente elegidos», explicó Tenzin desde la ciudad de Dharamsala (norte de la India), sede del Gobierno en el exilio.
El portavoz añadió que el dalái mantendrá su compromiso con la causa del Tíbet y seguirá siendo el líder espiritual de todos los tibetanos. Según las enmiendas a la Constitución aprobadas por el Parlamento tibetano, los poderes que antes recaían en dalái como cabeza del Ejecutivo, en virtud del artículo 19, se han delegado en el Kalon Tripa o Primer Ministro, cargo que recayó en el profesor universitario Lobsang Sangay, de 43 años, en las elecciones del pasado 20 de marzo.
El Parlamento también ha aprobado que el título del «gobierno tibetano en el exilio» sea modificado por el de «la administración del Tíbet». En el marco del nuevo estatuto, entre los derechos del Dalái Lama se incluyen el de asesorar y alentar por la protección y la promoción del bienestar del pueblo tibetano y seguir siendo partícipe en los esfuerzos por alcanzar una solución satisfactoria a la problemática del Tíbet.
El líder espiritual seguirá reuniéndose con los líderes mundiales y otras personas y organizaciones importantes para hablar en nombre del pueblo tibetano, así como designar a los representantes nombrados por el gabinete para servir a los intereses de Tíbet en cualquier parte del mundo.
«El parlamento ha realizado con éxito las reformas democráticas y aunque por un lado nos sentimos tristes con el cambio, esta tristeza es superada por la felicidad que nos provocan las iniciativas del Dalái Lama por democratizar plenamente la política del Tíbet,» dijo el portavoz parlamentario Penpa Tsering.
A sus 75 años, el Dalái Lama, la cara global del movimiento tibetano en el exilio, sorprendió a muchos cuando el pasado 10 de marzo anunció que iba a entregar el poder a los dirigentes electos.
El Dalái Lama, a quien China acusa de líder separatista, huyó del Tíbet tras una revuelta anti comunista en 1959 y desde entonces ha encabezado la administración tibetana en la India, que no es reconocida por ningún país.
Cerca de 100.000 tibetanos viven en el exilio en la India.