El brote de «E-coli», que ha costado ya la vida a 22 personas en Alemania y ha acarreado daños multimillonarios en el sector agrícola de media Europa, se comportó un día más como un enigma infranqueable para la ciencia, mientras arrecian las críticas sobre la gestión de la crisis por parte de Berlín.
Las autoridades sanitarias de Hamburgo, epicentro de la infección desde que se detectó el primer caso el 1 de mayo, descartaron como foco otra muestra de semillas germinadas que teóricamente podía dar la clave sobre el agresivo agente que la provocó.
Los análisis realizados a un paquete de semillas germinadas, guardadas durante semanas en el frigorífico de un paciente hamburgués que ya ha sido dado el alta, resultaron negativos, tal como ocurrió el día anterior con otras 23 pruebas en esos vegetales.
Con ello se desarmó la pista surgida el domingo, que apuntaba a los brotes vegetales procedentes de una granja de cultivo biológico de Baja Sajonia (norte del país) como foco de una infección por la que han tenido que ser ingresadas más de 2.500 personas en Alemania, 1.600 de las cuales siguen hospitalizadas.
En ese momento se trasladó la alarma a esa semillas germinadas, lo que no implica que se relajara la situación para pepinos, lechugas y tomates, ya que a falta de análisis definitivos persiste la recomendación generalizada de no consumir esos vegetales crudos.
630 pacientes infectados pueden morir
Un total de 630 pacientes, de los 2.500 que ingresaron con sospechas de infección en las últimas semanas, han desarrollado ya el peligroso síndrome urémico hemolítico (SUH) que puede llegar a ser letal, lo que impide a las autoridades levantar la sospecha generalizada sobre esos productos, procedan de donde procedan.
La recomendación de no consumir esas hortalizas crudas arranca del 25 de mayo, un día antes de que se detectara una partida de pepinos sospechosa procedente de España, lo que derivó en su retirada del mercado por consejo de las autoridades de la ciudad-estado de Hamburgo.
Los análisis posteriores hicieron retractarse a los responsables hamburgueses de la sospecha específica sobre la hortaliza española, pero las consecuencias sobre el sector no han amainado, puesto que sigue sin darse con el origen de la infección.
Mientras el sector y los socios europeos reclaman indemnizaciones a Alemania en la reunión de ministros comunitarios de Agricultura de Luxemburgo, en el país arrecian las críticas tanto a la gestión del gobierno de Angela Merkel como a sus homólogos de los «Länder» (estados federados), sea Hamburgo o Baja Sajonia.
El Ejecutivo de Berlín, y en especial su ministra de Agricultura, Ilse Aigner, no ha sido capaz de dar una respuesta coordinada ni recomendaciones claras a los consumidores, lo que ha acrecentado los efectos de la crisis, denunció hoy Renate Künast, líder parlamentaria de los Verdes.
Künast, predecesora de Aigner en el departamento en tiempos del gobierno roji-verde de Gerhard Schröder, abogó a favor de un departamento que coordine las gestiones y comunicación ante crisis sanitarias y alimentarias como la actual, en lugar de la actual multiplicidad de fuentes de información.
La líder verde, candidata a la alcaldía de Berlín en las próximas elecciones para la ciudad-estado, criticó el cruce de informaciones contradictorias surgidas desde los distintos laboratorios que siguen la pista a la enigmática bacteria.
Desde que estalló la crisis se ha sucedido un cúmulo de hipótesis en torno a la «E-coli», procedentes de los diversos estamentos implicados en la cuestión.
A escala federal, es el Instituto Robert Koch el que centraliza las pruebas a toda enfermedad infecciosa y, desde allí, se advirtió desde el principio contra conclusiones precipitadas y se insistió en que tal vez no llegue a desvelarse nunca el origen de la bacteria.
Paralelamente, tanto la Clínica Universitaria de Hamburgo como científicos de otros laboratorios difundieron informaciones, siempre provisionales, acerca del genoma de la bacteria u otros factores, lo que acrecentó la incertidumbre en una crisis de efectos dramáticos, tanto para los pacientes afectados como para el sector agrícola.
Redacción