lunes, noviembre 25, 2024
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Rasmussen defiende que la OTAN no intervenga en Siria por la falta de resolución

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El Secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, afirmó este viernes que la organización está «progresando» en las operaciones contra las tropas del líder libio, Muamar Gadafi, y defiende que la organización no actúe en Siria debido a la falta de acuerdo de la comunidad internacional, ya que la ONU no ha aprobado ninguna condena al régimen sirio.

En una entrevista para TVE, el secretario general explicó los avances de la OTAN en Afganistán, donde el traspaso de poderes a las fuerzas de seguridad afganas comienza este verano, y la reestructuración que está sufriendo la organización para reducir gastos en burocracia y reinvertirlos en seguridad.

«Hemos asistido a acontecimientos inesperados en el norte de África y en Oriente Próximo, tras ellos el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó una resolución histórica para proteger a los civiles en libia contra los ataques de su propio Gobierno y la OTAN decidió asumir la responsabilidad de dicha operación», señala Rasmussen.

El secretario general explica que la alianza ha realizado 10.000 salidas, ha destruido 2.000 instalaciones militares importantes y ha degradado la maquinaría militar de Gadafi «poniendo más presión militar, que junto con la presión política, tiene que llevar al colapso del régimen de Gadafi». «Estamos progresando», añade.

«Gadafi ya no puede lanzar ataques masivos contra su población y su círculo está empezando a abandonarle, mientras la comunidad internacional apoya a los opositores», indica Rasmussen, que considera que la hoja de ruta aprobada por el Consejo Nacional de Transición tras la caída de Gadafi es «muy creíble».

 El secretario general señala que el Gobierno libio no ha cumplido sus promesas y que «la única forma de avanzar a una transición pacífica a la democracia es que Gadafi y su régimen dejen el poder».

«Una vez que Gadafi abandone el poder, la ONU debe liderar los esfuerzos que se hagan en el período post Gadafi a la hora de ayudar al pueblo libio para realizar esa transición hacia una democracia», explica Rasmussen. El secretario general asegura que no prevee tropas de la OTAN sobre territorio libio.

El secretario de la alianza pidió a los países miembros que fueran «flexibles» a la hora de aportar aviones y otros activos para que los mandos militares aliados pudiesen impulsar la presión militar sobre Gadafi, aunque reconoce que el nivel de participación en las operaciones es una decisión nacional.

Intervención en Siria

Rasmussen defiende a la OTAN de las críticas de doble rasero al no intervenir en Siria, donde las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad está reprimiendo las manifestaciones pro democracia. Las ONG aseguran que ya hay más de 1.100 muertos y 10.000 detenidos.  «La OTAN no tiene intención de intervenir en Siria. La diferencia entre Siria y Libia es que en Libia se opera con un mandato de la ONU y tiene el apoyo sólido de la región, algo que no se cumple en lo que se refiere a Siria», explica.

Sobre la muerte de Usama bin Laden, el líder de Al Qaeda que fue abatido el pasado 2 de mayo en Pakistán por fuerzas especiales estadounidenses, Rasmussen asegura que «la mayor parte del mundo comparte la opinión de que la desaparición de Bin Laden es algo positivo».

«Supone un golpe para el terrorismo y envía un mensaje bien claro de que el terrorismo no tiene futuro. Además, manda un mensaje a los talibán para que abandonen las armas y sus lazos con Al Qaeda y se involucren en un proceso político» en Afganistán, asegura.

Sobre la intervención en este país, el secretario general destaca avances, a pesar del aumento de los enfrentamientos, «que deben interpretarse como parte de una estrategia para limpiar zonas amplias en el país y darles su gestión a los afganos». Rasmussen señala que a partir de julio, la OTAN cederá el mando de varias provincias, donde residen el 25 por ciento de la población afgana.

Reestructuración de la OTAN

El secretario general explica en la entrevista que el cierre de la base de Retamares está basado en una reestructuración de la organización de la OTAN. «Lo que estamos haciendo es racionalizar nuestra estructura de mando, reducir el número de puestos en la estructura militar en un 35 por ciento y reducir el número de cuarteles generales de once a siete», comenta.

A cambio, España acogerá uno de los dos centros combinados de operaciones aéreas (CAOC) que «estará en el centro de las operaciones militares del futuro». «La reestructuración de los mandos pretende gastar menos dinero en burocracia y centrar nuestro dinero en operaciones y en la seguridad de los soldados», añade.

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