La Cámara de Representantes de EEUU aprobó hoy por estrecho margen una medida republicana que aumentaría el límite de la deuda nacional en 2,4 billones de dólares, a cambio de mayores recortes fiscales, aunque tiene escasas posibilidades de sobrevivir en el Senado.
Con 234 votos a favor y 190 en contra, la votación sobre el proyecto de ley para «Cortar, controlar, limitar» era ante todo simbólica y tenía el objetivo de mostrar la influencia de los republicanos y desafiar al presidente Barack Obama, quien ha amenazado con vetarla.
La medida, respaldada por el movimiento conservador «Tea Party», también condiciona el aumento en el tope de la deuda nacional a una enmienda constitucional para exigir un presupuesto equilibrado.
La iniciativa fue votada cuando quedan 14 días para que EEUU se quede sin fondos para cumplir con todas sus obligaciones, aunque tanto el Congreso como la Casa Blanca trabajan a contrarreloj para impedir una suspensión de pagos.
«Estamos en la última hora, y no nos queda mucho más tiempo. No podemos enredarnos en gesto simbólicos», dijo Obama en rueda de prensa previa al voto.
Las negociaciones entre republicanos y demócratas en el Congreso alcanzaron un punto muerto este fin de semana, después de una serie de reuniones diarias en la Casa Blanca convocadas por Obama con los líderes republicanos y demócratas.
Sin embargo, el tira y afloja entre ambos bandos mostró visos de solución cuando el llamado «Grupo de los Seis» propuso una reducción de 3,7 billones de dólares que incluye recortes en el gasto público e ingresos adicionales a través de impuestos.
Obama de inmediato alabó la propuesta, respaldada por tres senadores demócratas y tres republicanos, como un «paso significativo» para lograr un acuerdo que permita a EEUU elevar el límite de endeudamiento de 14,29 billones de dólares antes del 2 de agosto, cuando el Tesoro ha dicho que se quedará sin fondos.
El presidente estadounidense señaló que el plan concuerda con su enfoque «bipartidista», y reiteró su disposición a «firmar un complejo paquete que englobe tanto recortes serios en los programas sociales como un componente adicional de ingresos».
El nuevo plan, que abre la posibilidad de un acuerdo amplio, fue igualmente bien recibido por otros líderes del Congreso.
«Hemos pasado del grupo de los seis a la banda de los 50», aseguró Joe Manchin, senador demócrata de Virginia Occidental, al referirse a los 50 estados del país.
El origen de la confrontación que amenaza con poner en duda la solvencia crediticia de EEUU, se halla en la oposición de los republicanos, que controlan la Cámara Baja, a cualquier plan de reducción de déficit que implique subidas de impuestos, algo que Obama y los demócratas consideran irrenunciable.
Los republicanos han condicionado todo acuerdo de elevación del tope de endeudamiento a agresivos recortes fiscales, pero descartan una reforma fiscal ya que argumentan que ésta dañaría la aún débil recuperación económica de EEUU.
Economistas y consejeros
Por su parte, un grupo de prestigiosos economistas entre los que figuran varios premios Nobel de Economía como Kenneth Arrow, Peter Diamond o Erik Maskin, han advertido de los peligros de una enmienda constitucional que obligue a aprobar presupuestos equilibrados, otra de las propuestas republicanas.
«Una enmienda de presupuestos equilibrados conllevaría consecuencias perversas y podría agravar la recesión», aseguraron los economistas en una carta.
Ante lo enconado de las posturas y la proximidad del plazo límite, el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid, anunció el lunes que la Cámara Alta permanecerá en sesiones, incluyendo fines de semana, hasta que se logre un acuerdo definitivo.
Una encuesta publicada por el diario «The Wall Street Journal» y la cadena televisiva NBC reveló que el 38 por ciento de los estadounidenses apoya un aumento en el techo de la deuda, mientras que un 31 por ciento se opone.
Pero, en general, la mayoría opinó que un fracaso en las negociaciones para aumentar el nivel de endeudamiento sería un problema real y serio.