Las adicciones siempre son peligrosas. Pero cuando se habla de videojuegos, es más preocupante: que si te quedas ciego de estar delante de la pantalla, que si incita a la violencia… todos habrán oído estas frases alguna vez, normalmente en boca de una madre. Casi nunca se toman en serio estas frases tan tópicas y exageradas, pero esto que se lo digan a la madre de Chris Staniforth, un joven de 20 años que murió en Inglaterra a causa de una trombosis venosa.
Esta afección se da cuando una persona se está quieta durante un largo período de tiempo, como por ejemplo, en la oficina, viendo la tele, sentados en viajes de gran recorrido… Por lo que no se puede decir que el chico muriese por jugar a los videojuegos.
Sin embargo, los padres del chico admitían que estaba enganchado, pero no creían que fuese grave:»El vivía para su Xbox. Nunca pensé que esto le haría daño». Chris, que hacía maratones de 12 horas delante de la pantalla, se encontraba con un amigo -no jugando- cuando le dijo que tenía una sensación extraña en el pecho. Minutos después, se desvaneció. El amigo llamó a una ambulancia, pero no se pudo hacer nada por él.
Su padre declararía después:»jugar durante tanto tiempo es lo que le mató, y no quiero que otro muera por la misma causa». Así pues, diversos medios han interpretado que su muerte fue a causa de jugar a los videojuegos, pero no se puede atribuir toda la culpa a ello. Está claro que Chris Staniforth murió porque un coágulo formado en uno de sus muslos llegó hasta sus pulmones y provocó una embolia pulmonar, sin embargo, había otros factores: alimentación, hábitos, predisposición genética, obesidad… Su adicción a los videojuegos fue un elemento más.
Por otro lado, Microsoft, creadora de la videoconsola Xbox recomendó a los jugadores hacer descansos después de cada juego, y tomarse tiempo para otras actividades.
Glady de la Cruz