El balance de víctimas del terremoto de 7,2 grados que sacudió el pasado domingo el sureste de Turquía ha aumentado a 523 muertos y 1.650 heridos, según ha informado este jueves la Dirección de Desastres y Emergencias del Gobierno turco.
En un comunicado, la misma fuente ha precisado que hasta 185 personas han sido rescatadas con vida entre los restos de los edificios derrumbados por el seísmo, que afectó a la provincia de Van. El último balance oficial, difundido este miércoles por la noche, era de 481 muertos.
Mientras, los supervivientes han pedido más tiendas de campaña porque temen morir de frío al tener que dormir a la intemperie. Algunos han acusado al Gobierno de no haber respondido con la rapidez suficiente a la situación causada por el terremoto y de haber entregado la ayuda de forma prioritaria a quienes lo apoyan, y otros han denunciado que hay personas que están acaparando tiendas de campaña y revendiéndolas.
Fetih Zengin, cuya casa, en la ciudad de Ercis, ha sufrido graves daños, ha explicado que «todos están enfermos y mojados». «Cuando nos llega el turno en la cola, nos dicen que se han quedado sin tiendas», ha añadido. Ercis es la zona más perjudicada por el terremoto.
«Dormimos bajo un trozo de plástico sostenido por varios tablones de madera que hemos encontrado. Tenemos diez hijos y nuestra familia está enfermando. Todos necesitamos tiendas porque va a llegar la nieve. Es un desastre», ha declarado.
Ergun Ozmen, otro de los damnificados, ha dicho que «algunas personas han cogido hasta diez tiendas y las están vendiendo». «Es una desgracia. Yo he dormido en el parque municipal mientras llovía durante toda la noche. Tengo los zapatos llenos de agua. No he podido registrarme para solicitar una tienda hasta ahora porque he estado enterrando a los muertos», ha contado.
Los equipos de rescate siguen buscando supervivientes en algunos lugares, pero en otros ya han abandonado esta tarea. Durante la pasada noche sacaron los cadáveres de una mujer y su bebé, según varios testigos.
Varios países han respondido a la petición de ayuda de Turquía, que ha solicitado tiendas de campaña, casas prefabricadas y contenedores. Según los medios de comunicación turcos, se están transportando a Van casas prefabricadas enviadas por Israel que Turquía ha aceptado pese al empeoramiento de su relación con ese país.
Frío y lluvia
En Ercis, la gente hace largas colas para conseguir tiendas mientras pasa frío y se moja bajo la lluvia. En las montañas nevó por la noche y muchos temen las duras condiciones del invierno.
Durante la noche se ve a grupos de personas en estado de choque vagando por las calles porque no tienen un hogar adonde ir o apiñadas en torno a hogueras para hacer frente a las bajas temperaturas. Otros afectados se congregan en campamentos de ayuda.
Orhan Ogunc, que vive en un pueblo de montaña llamado Guvencli, entre Ercis y la ciudad de Van, ha pronosticado que «dentro de quince días, la mitad de las personas que están aquí morirán congeladas». Su familia consiguió una tienda de campaña de la Media Luna Roja, pero la está compartiendo con otras cinco.
Muchos pueblos donde las casas estaban hechas de adobe han quedado devastadas, pero muchas personas no quieren marcharse.
Zeki Yatkin, que ha perdido a su padre en el terremoto, ha indicado que les han dicho que les darán casas prefabricadas dentro de un mes y medio. «No podemos soportar el frío, pero ¿qué otra cosa podemos hacer?», se ha preguntado.
En la ciudad de Van, las operaciones de búsqueda han finalizado. El gobernador de la provincia homónima, Munir Karaloglu, ha precisado que en la capital solo se han derrumbado seis edificios pero que en Ercis son muchos más.
Saqueos
En un almacén de Van, unas cien personas han saqueado varios camiones de la Media Luna Roja que contenían alimentos, mantas, alfombras y ropa mientras un grupo de policías observaban impotentes la escena.
Un hombre ha asegurado a la agencia Reuters que «el verdadero saqueador es el Partido AK», el que gobierna en Turquía. «La ayuda recibida en Van está siendo entregada a familias de funcionarios y policías. La gente corriente no está recibiendo nada», ha agregado.
Las autoridades niegan este tipo de acusaciones. Karaloglu ha afirmado que hasta este miércoles se habían repartido 20.000 tiendas de campaña, una cifra, según él, mucho mayor de lo que se necesitaba.
El gobernador ha opinado que la situación sería mejor si los habitantes de la ciudad de Van no estuviesen atenazados por el miedo a que una réplica del seísmo derribe sus casas. «Debido a esta psicología y a las réplicas, no hacen uso de sus viviendas dañadas y piden tiendas de campaña. Por eso tenemos un problema», ha señalado.
Según Karaloglu, 600.000 personas han resultado afectadas por el terremoto, pero el dirigente ha aclarado que no todas necesitan que les den cobijo temporalmente.
Sin embargo, el teniente de alcalde de Van, Cahit Bozbay, ha descrito un panorama más crudo y ha criticado la actuación del Gobierno provincial. Según sus datos, la mitad de los edificios de Van han sufrido daños y por eso los afectados tienen que dormir en la calle.
Nos faltan tiendas, es un gran problema. Y hay escasez de suministros, pero, sinceramente, la organización de la distribución de la ayuda también está siendo problemática», ha declarado.
Estrella Digital/EP