“Me caí al bote salvavidas y no pude volver al barco porque me quedé enganchado por la camisa”, esta es la casi inverosímil excusa que ha dado el capitán del barco ‘Costa Concordia’, Francesco Schettino, ante la jueza.
Schettino, de 52 años, fue puesto en libertad este martes y se mantiene en arresto domiciliario desde entonces, tras tres horas de interrogatorio ante la juez de instrucción Valeria Montesarchio en un tribunal de Grosseto. Se le mantenía bajo custodia por la sospecha de que pudo abandonar el crucero mientras los pasajeros estaban a bordo. Por tanto está acusado de homicidio múltiple, fallecieron 11 personas y 24 siguen aún desaparecidas.
Las declaraciones del capitán están puestas en duda tras la publicación de las conversaciones telefónicas que mantuvo en el momento del accidente. En ellas se escuchaba cómo un funcionario del puerto, furioso, le obligaba a que regresara al buque porque había decenas de pasajeros que necesitaban ayuda.
En su defensa de este martes, Schettino dijo que nunca abandonó el barco y aseguró que ni si quiera tenía chaleco salvavidas porque se lo había dado a uno de los pasajeros que estaba subiendo al bote salvavidas: “Yo estaba tratando de entrar en los botes salvavidas de una forma ordenada. De repente, el barco que figuran entre los 60-70 grados, quedé atrapado y terminé en uno de los botes salvavidas. Por eso que yo estaba allí”.
Sorprende así que el capitán insistiera en su testimonio en que «salvó miles de vidas», aunque admitió que había cometido un error al navegar tan cerca de la isla de Giglio. Los fiscales dijeron que su explicación era «curiosa” y añadieron que sería sometido a pruebas de drogas y alcohol como parte de la investigación.
Redacción