El viceministro de Petróleo y Minas de Siria, Abdo Hussameldin, ha anunciado su deserción y su adhesión a la revolución, con lo que se convierte en el primer alto cargo civil en retirar su apoyo al régimen de Bashar al Assad.
«Yo, Abdo Hussameldin, viceministro de Petróleo y Minas, anuncio mi deserción del régimen, renuncio a mi posición y me retiro del partido Baaz. Me uno a la revolución de este pueblo dignificado», ha dicho en un vídeo publicado en YouTube, cuya autenticidad no ha sido confirmada.
Hussameldin, que fue designado para el cargo en 2009, aunque suma 33 años de servicio al Gobierno de Baaz, ha explicado que dimite porque no quiere acabar su carrera profesional «sirviendo a los crímenes del régimen. «He preferido hacer lo correcto, aunque sé que el régimen quemará mi casa y perseguirá a mi familia», ha subrayado.
En este sentido, ha acusado al Gobierno de «infligir durante todo un año dolor y tristeza a quienes reivindica como su propio pueblo, negándoles una vida básica y humanidad y conduciendo a Siria hacia el fondo del abismo». Además, ha asegurado que la economía del país está «cerca del colapso».
En el vídeo, Hussameldin, de 58 años de edad, aparece sentado en un sillón y vestido con un traje oscuro y una camisa y una corbata de rayas. Parece que está leyendo un comunicado, porque baja continuamente la vista y su locución es pausada.
Desde que comenzaron las protestas contra el Gobierno de Al Assad, hace un año, cientos de militares, sobre todo soldados y conscriptos, que forman la base del Ejército de Siria, han desertado y se han unido al Ejército Libre Sirio.
Hasta ahora apenas se han producido deserciones entre los civiles integrados en el aparato estatal, algo que la oposición atribuye a la presión que ejerce la Policía Secreta, que, según su versión, amenaza a los funcionarios con tomar represalias contra sus familias.
El pasado mes de agosto, el fiscal general de la provincia de Hama, Mohammad al Bakkour, presentó su dimisión en señal de protesta por la represión de las manifestaciones pacíficas y los bombardeos contra la ciudad de Hama, a través de un vídeo publicado en YouTube. Bakkour no ha sido visto desde entonces y algunas fuentes apuntan a que realizó esas declaraciones presionado por los rebeldes.
En estos doce meses de protestas, Naciones Unidas calcula que más de 7.500 personas han muerto por los combates entre fuerzas de seguridad y rebeldes. Según el Gobierno, muchas de estas muertes se deben a los grupos terroristas que se han infiltrado en el país.