Varios grupos de oposición al Gobierno de Raúl Castro han expresado su deseo de reunirse con el Papa Benedicto XVI, quien el próximo lunes comenzará una histórica visita a la isla, para que conozca de primera mano otra visión sobre la realidad que vive la sociedad cubana.
La bloguera Yoani Sánchez ha comentado que «hay mucha expectativa» con la visita del Papa «porque se le quiere hacer llegar la otra parte de la realidad». «Muchos tienen la esperanza de que no se quede con una parte de la versión y que se le pueda narrar nuestra visión», ha comentado desde La Habana.
Sánchez considera que, en el encuentro con Castro, Benedicto XVI «no hablará con todos los cubanos, sino con una parte» porque el Gobierno «no representa la totalidad de las voces que tienen mucho que decir». «En Cuba hay muchos matices», ha subrayado la periodista independiente.
El objetivo de un eventual encuentro sería, según ha destacado la bloguera, que conozca la «realidad de una sociedad civil indefensa», aunque ha aclarado que no esperan que el Papa «resuelva» los problemas en la isla. «No podemos echar sobre los hombros de Benedicto XVI lo que no hemos hecho once millones de cubanos en todos estos años», ha indicado.
Las Damas de Blanco, que agrupan a esposas de presos y exprisioneros políticos, y que son reconocidas por su fervor católico, son unas de las organizaciones que han pedido una audiencia con el Papa para exponerle la situación que han vivido todos estos años durante y después de la excarcelación de sus familiares, según han revelado algunas de sus integrantes en declaraciones a varios medios independientes.
Por su parte, el portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez Santacruz, ha destacado la «muy buena voluntad» del Papa «hacia el pueblo de Cuba», por tanto, espera que su visita abra las puertas a la posibilidad de que los habitantes de la isla «tengan mayores espacios de libertad».
El portavoz de esta comisión no duda que con la visita del Sumo Pontífice, la Iglesia Católica en la isla «verá aumentado sus espacios» para continuar realizando «su labor pastoral».
Sin embargo, cree que Benedicto XVI «debería considerar las audiencias» que están solicitando los grupos de oposición. «Sería muy conveniente porque implicaría el reconocimiento humano y el apoyo moral» a ese sector de la sociedad civil cubana, ha señalado Sánchez Santacruz en declaraciones telefónicas desde La Habana.
Sánchez Santacruz se ha mostrado optimista de los resultados positivos que tendría un eventual encuentro con la disidencia y recuerda que en 1998 con la visita de Juan Pablo II, «un hombre comprometido con los valores democráticos», se logró la excarcelación de más de 400 presos, entre ellos más de un centenar de carácter político.
Desde fuera de la isla
La Unión Liberal Cubana (ULC), con sede en Madrid, ha saludado «con alegría» la visita de Benedicto XVI porque consideran que será un «estímulo» que podría «el amor y la reconciliación» en la isla, al tiempo que esperan que su visita «recuerde a los gobernantes» cubanos «que no sólo de pan vive el hombre».
En este sentido, ha pedido al Sumo Pontífice dar «un lugar destacado» a los opositores en esta visita, la segunda que hace un Papa a Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959. ULC reconoce que «no es una función de la Iglesia participar directamente en la lucha política», pero asegura que «cualquier gesto en esa dirección» -en referencia a un posible encuentro con los disidentes- «será recibido por los cubanos con una honda simpatía».
Por su parte, las organizaciones que integran la Asamblea de la Resistencia Cubana, con sede en Miami, espera que «las palabras y acciones» de Benedicto XVI durante su estancia en Cuba «sirvan de apoyo a los perseguidos» y «de aliento a los oprimidos», y constituyan a su vez una «esperanza» para todos los cubanos.