Los ministros del Interior de los Veintisiete tratarán de aprobar este jueves la creación de un registro europeo de datos de pasajeros aéreos que entren y salgan de territorio comunitario similar al que ya existe en Estados Unidos desde los atentados del 11-S para poder identificar a sospechosos de terrorismo y de crimen organizado.
La UE ya tiene acuerdos para ceder los datos de los pasajeros aéreos a EEUU, Canadá y Australia. De hecho, los ministros del Interior ratificarán también este jueves el nuevo pacto con Washington, que ha sido bendecido por la Eurocámara. Pero hasta ahora los europeos no contaban con un instrumento común para procesar esta información dentro de sus fronteras.
Reino Unido cuenta con un registro completo de datos de pasajeros como el de EEUU, mientras que otros países, entre los que está España desde marzo de 2007, usan sus poderes en materia de aduanas para recabar y guardar estos datos.
El principal escollo para lograr un acuerdo sobre la creación de un registro europeo, que obligaría a todos los Estados miembros a recoger la información de los pasajeros y conectar sus bases de datos, era el alcance de la nueva legislación. La Comisión había propuesto que cubriera únicamente a los vuelos que entran y salen de la UE, pero los grandes países, como Reino Unido, España, Francia o Italia, quieren que se recojan también de forma obligatoria los datos de los vuelos intraeuropeos.
La propuesta de compromiso que ha presentado la presidencia danesa cubre sólo los vuelos extracomunitarios, pero deja libertad a los Estados miembros para recabar información de rutas intraeuropeas. La norma debe ser negociada con la Eurocámara, que quiere limitar al máximo la recogida de datos.
Otro problema fundamental era el periodo de retención de los datos. La Comisión propuso que se guardaran durante un periodo de 5 años, aunque 30 días después de recogerse se borraría el nombre del pasajero. La mayoría de los Estados miembros consideran que los 30 días son insuficientes y piden que durante los dos primeros años se pueda acceder sin limitaciones a la información y que sólo quede despersonalizada los tres últimos años.
De acuerdo con la propuesta de Bruselas las compañías aéreas estarán obligadas a entregar hasta 19 datos de los pasajeros aéreos a la autoridad nacional competente a la que designe cada Estado miembro. Ello tendrá un coste de 20 céntimos por pasajero para las aerolíneas, según la Comisión. Después, los países tendrían que compartir datos y los análisis de riesgo que se hagan a partir de ellos.