El candidato de Hermanos Musulmanes a las elecciones presidenciales egipcias, Mohamed Morsi, ha recalcado este miércoles que «no permitirá» que se ejecute un golpe de Estado en el país en caso de que se imponga en la segunda vuelta de los comicios al último primer ministro del expresidente Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq.
En este sentido, ha recordado que el Ejército es un brazo del Ejecutivo y que ha de rendir cuentas ante el presidente, según ha informado el diario egipcio ‘Al Masry al Youm’.
Respecto a las posibilidades de Shafiq de hacerse con la victoria en las elecciones, Morsi se ha referido a los votos emitidos por los residentes en el extranjero, que le han dado el apoyo mayoritario. «No debería haber debate sobre nada que no sea mi Proyecto de Renacimiento», ha dicho.
Morsi ha recabado casi más de 100.000 papeletas más que a su oponente en el extranjero. En un comunicado divulgado este domingo por el gabinete de Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes se proclamó vencedor en Arabia Saudí, Kuwait y Qatar, acumulando algo más de 127.000 votos, frente a los más de 29.000 cosechados por Shafiq.
«Ningún verdadero egipcio quiere recrear el antiguo régimen», ha asegurado, antes de señalar que compartirá sus responsabilidades con el resto de fuerzas políticas. «Ningún partido debe asumirlas en soledad», ha añadido.
Por otra parte, Morsi no ha sido claro respecto al posible nombramiento de un primer ministro ajeno a Hermanos Musulmanes, movimiento que ya controla la mayoría del Parlamento. «La experiencia parlamentaria es corta y ha sido distorsionada por los medios de comunicación. Además, el Parlamento no tiene poder ejecutivo. Por eso me presenté al puesto de presidente», ha valorado.
En última instancia, el candidato de Hermanos Musulmanes ha reiterado su compromiso con la ‘sharia’ (ley islámica). «Está en práctica desde la Constitución de 1923», ha apostillado al respecto.