El Departamento de Estado norteamericano ha asegurado este jueves que el presidente sirio, Bashar al Assad, se «está preparando» para cometer una masacre en Alepo, donde se están concentrando las fuerzas de seguridad del régimen para reprimir las revueltas. Sin embargo, el Gobierno estadounidense ha vuelto a rechazar la idea de emprender una operación militar para proteger a los civiles.
La portavoz del Departamento, Victoria Nuland, ha indicado que se ha producido un «serio impulso» en los intentos de reprimir las revueltas en Alepo con el envío de helicópteros, aviones de combate y tropas. «Esta es la preocupación: que presenciaremos una masacre en Alepo y es lo que parece para lo que se está preparando el régimen», ha denunciado Nuland.
La portavoz ha asegurado que Washington no contempla una intervención armada sin una resolución clara del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. China y Rusia han vetado hasta en tres ocasiones las resoluciones que condenasen al régimen de Al Assad. Nuland ha indicado que aumentarán la cooperación con las naciones fuera del sistema de Naciones Unidas y con la oposición siria para preparar una posible transición hacia la democracia. «Cuando llegue ese día, debemos tener una Siria para todos los sirios», ha añadido.
Activistas hablan de 150 muertos en los ataques del Gobierno
Las fuerzas del régimen que preside Bashar al Assad han matado este jueves a 153 personas en Damasco, Deraa, Alepo y otras ciudades del país, según han denunciado los Comités de Coordinación Local, una organización que tiene observadores sobre el terreno. La capital siria, Damasco, ha sido la ciudad más golpeada por las fuerzas de Al Assad en esta jornada, con 40 muertos, seguida por Deraa, con 30, y Alepo, la segunda ciudad más grande del país, que ha registrado 22 fallecidos.
Las fuerzas de seguridad gubernamentales han acabado con la vida de 27 en Idlib, quince en Homs, ocho en Deir el Zor, seis en Hama, cuatro en Raqqa y una en Quneitra. Según las estimaciones de Naciones Unidas, las fuerzas del régimen han acabado con la vida de más de 10.000 personas desde que comenzaron a mediados de marzo de 2011 las manifestaciones contra el presidente del país, Bashar al Assad.