El presunto autor de la masacre perpetrada en un templo sij de la ciudad estadounidense de Oak Creek, al sur de Milwaukee, en Wisconsin, es un veterano de guerra blanco, con la cabeza rapada, de unos 40 años y con un tatuaje del 11-S en un brazo, según han informado los medios estadounidenses.
En concreto, la cadena CNN ha informado de que una fuente oficial les ha confirmado que el responsable tiene pasado militar y estuvo destinado en Afganistán y la ABC sostiene que era un «supremacista blanco» o un ‘skinhead’.
Uno de los feligreses de la congregación sij, Ven Boba Ri, ha asegurado que el asaltante «no pertenecía a la comunidad» y ha afirmado incluso en declaraciones a ‘The Milwaukee Journal Sentinel’ que se trata de «un crimen de odio». Ri, que se encontraba dentro del templo cuando fue atacado, ha relatado que el asesino primero disparó contra un religioso que estaba fuera del inmueble y luego entró disparando indiscriminadamente.
«No dijo nada, empezó a disparar directamente», ha relatado Harpreet Singh, citando las palabras de su tía, que se encontraba dentro del templo. Al parecer su principal objetivo eran los hombres que llevaban turbante.
Las autoridades han recuperado dos armas semiautomáticas que serían las que habría utilizado el asaltante cuyo origen está siendo investigado. Además han registrado en la madrugada del lunes una vivienda en el barrio de Cudahy de Milwaukee, que podría ser en la que residía el atacante.
El estado de Wisconsin tiene una de las legislaciones sobre armas más permisivas de Estados Unidos. Jagjit Singh Kaleka, hermano del presidente de la comunidad atacada, ha asegurado que no sabe cuál ha sido la razón del ataque. «Pero sabemos que cuantas más armas de asalto haya, habrá más situaciones como esta», ha añadido.
En Estados Unidos viven unos 500.000 sijs, entre 2.500 y 3.000 familias en Wisconsin. La comunidad sij se queja de que a menudo son atacados por radicales que les confunden con musulmanes, especialmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.