El huracán ‘Isaac’ ha tocado tierra en la costa sureste del estado de Louisiana (sureste) trayendo consigo lluvia, oleaje y viento, lo que pondrá a prueba las millonarias ayudas que se entregaron a la ciudad de Nueva Orleans hace siete años, tras el paso de ‘Katrina’.
Actualmente, ‘Isaac’ se sitúa 140 kilómetros al sureste de Nueva Orleans, la principal ciudad de Louisiana, con vientos de 130 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
Su velocidad es de 13 kilómetros por hora, lo que puede suponer un problema, ya que prolonga su recorrido por tierra, con un ancho de 595 kilómetros, aunque sus vientos pueden alcanzar un radio de 97 kilómetros hacia el exterior.
El NHC ha advertido en su último boletín informativo de que «es posible que se produzca un ligero fortalecimiento antes de que ‘Isaac’ toque tierra», aunque ha apuntado que «después de ello se espera que se debilite».
El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró el estado de emergencia en Louisiana este martes ante la llegada del huracán y autorizó la entrega de ayuda federal para complementar los esfuerzos estatales y locales con el fin de «aliviar el sufrimiento de población».
A pesar de la ausencia de una orden de evacuación, miles de personas, muchas de ellas de los municipios de las afueras situados a menor altitud, han decidido no correr riesgos y dejar sus hogares ante la llegada de ‘Isaac’.
En estos momentos, la Autopista Interestatal 10 mantiene un tráfico ligero, a pesar de que será la vía principal para poder abandonar la zona en caso de que haya que proceder a una evacuación de emergencia por la llegada del huracán.
De forma preventiva, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército ha cerrado por primera vez las compuertas del lago Borgne, ubicado en el este de Nueva Orleans, las más grandes del mundo contra tempestades marítimas.
Además, las instalaciones petroleras ubicadas en el golfo de México, incluyendo las refinerías que se encuentran en la costa, prácticamente han suspendido su actividad.
‘Isaac’ pondrá a prueba el sistema de protección contra huracanes que se puso en marcha en 2005, tras el paso de ‘Katrina’ por Nueva Orleans, valorado en 14.500 millones de dólares (11.543 millones de euros), que cuenta con muros, diques, compuertas y bombas.
Estrella Digital/EP