El aventurero austriaco Felix Baumgartner ha explicado que las pruebas médicas han confirmado que se encuentra «físicamente bien» tras su impresionante salto desde la estratosfera, proyecto que «nunca volvería a repetir porque no tendría ningún sentido».
«Nunca lo volvería a repetir porque no tendría ningún sentido. Es algo en lo que estamos todos de acuerdo. Si lo intentamos una segunda vez sería estar expuestos a un gran peligro y no tendría sentido, porque ya no tendríamos nada que ganar. Rompimos la velocidad del sonido, hicimos el salto más alto de la historia, así que no tendría sentido una segunda vez», apuntó Baumgartner en declaraciones a la Cadena SER recogidas por Europa Press.
El austriaco explicó que se encuentra «físicamente bien». «Me han estado haciendo chequeos, he estado con el doctor haciéndome un chequeo y me ha dicho que todo estaba bien», tranquilizó, tras la «liberación mental» que ha supuesto lograr su objetivo «porque después de tantos años trabajando tan duro en un proyecto como este, no podía venirse abajo».
«Lo hemos hecho con éxito, así que hicimos algo que nunca se había hecho en el mundo, que mucha gente vio en directo a través de la televisión y de internet. Y el hecho es que mucha gente ha comprendido en lo que hemos estado trabajando mi equipo, y eso me hace estar orgulloso», detalló.
Pese a las impactante visión de Baumgartner dando vueltas sobre sí mismo a toda velocidad a miles de metros de altura, aseguró que esta circunstancia ya estaba «prevista» como «un mero factor que suele pasar» y que por lo tanto «estaba controlado».
«Tenía la certeza de que en cualquier momento podría parar esas vueltas y puede verse en un punto que dejo de girar y luego vuelvo a girar otra vez. Mientras estaba en caída libre me acordaba de lo que había hablado con mis científicos, que me dijeron que podía caer en estado de ‘shock’, pero eso no pasó. El brillo de la luz detrás de mí era muy bonito, así que cuando estaba en caída libre ni me di cuenta de que estaba rompiendo la velocidad del sonido», desgranó el austriaco, que ya no volverá plantearse retos tan arriesgados porque «no hay nada que motive especialmente» tras esta hazaña.