El recién reelegido presidente de los Estados Unidos no ha perdido ni un minuto para ponerse manos a la obra y comenzar los contactos con los demócratas y los republicanos, que controlan el Congreso. Obama pretende llegar a soluciones conjuntas para los problemas económicos, entre los más importantes, reducir el déficit y crear empleo.
Los republicanos de Romney volvieron a refrendar su poder en el Congreso, la cámara que controlan y a través de la cual han podido bloquear algunas de las reformas que propuso Obama, como la sanitaria. Ahora, el presidente se enfrenta a dos semanas cruciales para llegar a acuerdos que impidan la subida de impuestos y los recortes en el gasto, que irremediablemente tocarían las ayudas sociales.
El presidente de los EEUU se encuentra con otra barrera, el llamado abismo fiscal que podría suponer 500.000 millones de euros y por eso debe conseguir pactos con la oposición cuanto antes.
En los contactos que ya ha emprendido Obama a través de llamadas telefónicas, ha insistido en «su compromiso para encontrar soluciones bipartidistas a la reducción de nuestro déficit de forma equilibrada, recortes de impuestos para las familias de clase media y pequeños negocios, y para crear empleos».
Ante una mayoría republicana en el Congreso, los expertos auguran más de un impedimento para que el presidente pueda sacar adelante sus reformas. Además, vaticinan enfrentamientos continuados y parálisis política que no beneficiarán en nada a la población norteamericana.
Vuelta a casa
Tras pasar la jornada electoral en la ciudad de Chicago, Obama, su mujer y sus hijas regresan a la que será su casa durante cuatro años más. El presidente debe ponerse a trabajar en una solución económica útil para EEUU y por ello se ha reincorporado inmediatamente a su despacho en la Casa Blanca.
Otro de los temas que tendrá que abordar el presidente es la reconstrucción de las zonas afectadas por el paso del devastador huracán Sandy.
Itziar de la Fuente