El diez de enero es el día D de Chávez, el día que su histórica Constitución bolivariana se pondrá a prueba por él mismo y los suyos; la crisis institucional que vive Venezuela adquiere en esta fecha un valor significativo, al que desde el chavismo oficial se trata de restar importancia, pero que para la oposición supone el punto de inflexión en un problema de mayor calado que un mero acto formal sobre la renovación de mandato del presidente electo, Hugo Chávez.
Se trata de conocer la verdadera dimensión de la enfermedad, y el estado puntual en el que esta se encuentra, del presidente constitucional, y por tanto de afrontar la realidad de un escenario político en el que el principal protagonista de la última década está pasando a ser más un símbolo – por no decir un figurante – frente a los movimientos intestinos de su movimiento político y las estrategias, unas más duras, otras más moderadas – de sus adversarios.
El Gobierno venezolano ha confirmado este martes que el presidente, Hugo Chávez, no podrá asistir a la ceremonia de investidura que debía celebrarse el próximo jueves, 10 de enero, ya que el equipo médico que le atiende en La Habana ha recomendado que siga ingresado.
La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela ha expresado este martes su respaldo al «derecho legítimo» del presidente del país, Hugo Chávez, a una «recuperación plena», tras conocerse que no podrá asistir a la ceremonia de investidura, prevista para el 10 de enero, debido a su enfermedad.
La AN ha aprobado este martes, con el apoyo unánime del bloque oficialista, la propuesta presentada por el parlamentario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) –que gobierna el país caribeño– Elvis Amoroso para emitir un «pronunciamiento de respaldo» a Chávez.
«En aras de salvaguardar los intereses supremos de la patria, la Asamblea Nacional respalda el derecho legítimo del presidente-comandante a su recuperación plena», reza el texto emitido por la sede legislativa.
«Le concedemos todo el tiempo que necesite para atender su enfermedad y para que regrese a Venezuela cuando la causa sobrevenida (que le impide acudir a la toma de posesión) haya desaparecido«, ha añadido el presidente de la AN, Diosdado Cabello.
A este respecto, la AN ha argumentado que el líder socialista, «como cualquier ser humano, tiene el derecho universal a disponer del tiempo necesario para su proceso de recuperación plena, de acuerdo al Código de Deontología Médica».
Además, el Parlamento ha respaldado y ratificado «la expresión soberana del pueblo venezolano que el 7 de octubre de 2012 reeligió libre y democráticamente a Hugo Chávez como presidente de Venezuela».
En consecuencia, ha instado a todas las instituciones estatales a «actuar de conformidad con lo previsto en el artículo 231 de la Constitución», según el cual «si por cualquier motivo sobrevenido el presidente no pudiese tomar posesión ante la AN, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)».
Concentración de apoyo
En la rueda de prensa semanal del partido, anunció la convocatoria de ese día, el próximo jueves: «Toda una concentración en Caracas. Venezuela se va a venir para acá para Caracas, frente al Palacio de Miraflores». Agregó que «una cantidad de presidentes de países amigos, jefes de Gobierno y primeros ministros de algunos países», visitarán Venezuela con motivo de ese día.»Van a visitarnos, a darle su solidaridad al presidente Chávez y al pueblo» y a expresar su «respeto» a esta Constitución. Asimismo, Cabello afirmó que de «manera contundente» el pueblo estará en la calle en apoyo al presidente.
Por su parte, la Procuradora General de Venezuela, Cilia Flores, ha declarado a los medios de comunicación que el día en el que está previsto el acto de toma de posesión en el que el presidente, Hugo Chávez, debería asumir legalmente un nuevo mandato de seis años, será un «día normal» para todos los venezolanos.
«El día 10 amanecerá, transcurrirá un día, un día normal para todos los venezolanos y para todo el mundo, y finalizará y amanecerá el 11 con plena normalidad», «continuidad del Gobierno completamente, del Estado como un todo, de todos los poderes y principalmente del Poder Ejecutivo con todo su equipo, el presidente Chávez seguirá al frente, todos los ministros, el vicepresidente y todos los directores».
Aseguró que Chávez jurará el cargo «posteriormente, cuando así lo decida su equipo médico y esté en la disposición de hacerlo» ante el Tribunal Supremo. Esta es la posición oficial del régimen chavista que hasta el momento ha realizado los trámites previstos en la Constitución para el inicio de una nueva legislatura. El tándem Maduro – vicepresidente «heredero» designado por Chávez-, y Cabello – el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, militar- está cumpliendo el guión y han facilitado, con su aplastante mayoría, una «mesa» de la Asamblea Nacional con un presidente y dos vicepresidentes del PSUV, la fuerza política del chavismo bolivariano.
Los artículos de la Constitución sobre los que estos días planea la atenta mirada de juristas y políticos, y a los que se debe el comportamiento de las autoridades institucionales venezolanas y los partidos políticos, son estos:
Artículo 5. La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.
Artículo 231. El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.
Artículo 233. Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: la muerte, su renuncia, la destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, la incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado éste por la Asamblea Nacional, así como la revocatoria popular de su mandato.
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente o Presidenta de la República durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal y directa dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva.
En los casos anteriores, el nuevo Presidente o Presidenta completará el período constitucional correspondiente.
Si la falta absoluta se produce durante los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, asumirá la Presidencia de la República hasta completar el mismo.
Artículo 234. Las faltas temporales del Presidente o Presidenta de la República serán suplidas por el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva hasta por noventa días, prorrogables por decisión de la Asamblea Nacional por noventa días más.
Si una falta temporal se prolonga por más de noventa días consecutivos, la Asamblea Nacional decidirá por mayoría de sus integrantes si debe considerarse que hay falta absoluta
En este contexto de «inseguridad jurídica», en el que la procuraduría ignora el texto constitucional y su significado de «cambio» entre mandatos para reducirlo a un superficial «ejercicio de protocolario o formalista», en palabras del ministro de ciencia, yerno de Chávez, es en el que continúan produciéndose declaraciones de líderes de la oposición o responsables institucionales del arco político venezolano.
Julio Borges, líder del principal partido opositor venezolano ha dicho: «El vicepresidente de Venezuela, el hombre fuerte de Chávez, Nicolás Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional, el parlamento venezolano, Diosdado Cabello, «pretenden llenar con odio y miedo el ‘hueco’ que supone en el partido de Gobierno la ausencia del jefe del Estado, Hugo Chávez».
Si los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) «piensan que el hueco de liderazgo que tienen lo van a llenar con odio y con miedo, están equivocados; si van a elegir el odio y el miedo para tratar de ocupar un cargo que les queda grande (la Presidencia del país), están equivocados», sostuvo Borges en una rueda de prensa como coordinador del partido Primero Justicia, una de las fuerzas más representativas de la oposición.
«Tiene que haber entendimiento, diálogo, cumplimiento de la Constitución y resplandor de la verdad» pero, para el opositor Borges, Maduro y Cabello «llenan su propia incapacidad y falta de liderazgo apelando al radicalismo, al miedo y al odio», y añadió que «Maduro lidera un grupo dentro del PSUV empeñado en que Cabello no asuma la jefatura del Estado en caso de que Chávez no jure el próximo jueves el mandato presidencial 2013-2019 que ganó en los comicios del pasado 7 de octubre». Nicolás Maduro y su grupo se «niegan a toda costa a que el próximo presidente interino sea Cabello», porque defienden «la tesis de la continuidad» del Gobierno actual, del que es vicepresidente ejecutivo Maduro.
Quedan pocas horas para saber cómo se resolverá el primer «inconveniente» constitucional de un presidente que cuenta con los votos, el respaldo de los suyos y una cautela de la comunidad internacional con la que hasta ahora no había contado. Esta vez al presidente sólo le falta el presidente.
Veremos.