Benedicto XVI ha entregado este sábado el Anillo de Pescador que ha portado durante todo el papado como sucesor de Pedro y pasa ya sus primeros días en la residencia de Castel Gandolfo, mientras en la Santa Sede prosiguen los preparativos del Cónclave que elegirá a su sucesor.
En su sesión informativa de hoy, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha anunciado que «la secretaría de Estado ha procedido a entregar el anillo a la Cámara Apostólica» pero reiteró que la pieza dorada no será destruida, sino que será «anulada» en los próximos días. El Anillo es un símbolo del Papado y su portador puede elegir el que llevaba su predecesor, o bien ordenar uno nuevo.
Lombardi aprovechó para reiterar el «coraje» demostrado por Benedicto XVI con su dimisión, similar al exhibido por su predecesor, Juan Pablo II, según comentarios recogidos por los medios italianos.
«Si el Papa Wojtyla dio, con valentía admirable a los ojos del mundo, el testimonio de su fe en los sufrimientos de la enfermedad, el Papa Ratzinger, con el mismo valor, nos dio el testimonio de aceptación ante Dios de los límites de la vejez y discernimiento en el ejercicio de la responsabilidad que Dios le había confiado», indicó.
El anillo será anulado en la Capilla Sixtina, como parte de los preparativos del Cónclave que elegirá al nuevo Papa. «En la capilla todavía hay visitantes», explicó Lombardi, «y el inicio de estos trabajos no se espera antes del lunes», en el inicio de la congregación de los cardenales, que tomará la decisión formal sobre el anillo.