El régimen chino es uno de los más severos en las penas a sus delincuentes. La pena de muerte sigue estando vigente en el país asiático y cada día se ejecuta a personas que han cometido delitos en la república, ya sean extranjeros o compatriotas.
La forma de ejecutar a los presos, la inyección letal. Pero el pasado viernes, el régimen comunista chino dio un paso más allá. Estaba prevista la ejecución de cuatro narcotraficantes del Mekong que fueron detenidos en 2011 tras asesinar a 13 pescadores chinos en la llamada ‘masacre del Mekong. Estos individuos controlaban el narcotráfico de heroína y metanfetamina y fueron condenados en octubre de 2011. La cadena estatal china, CCTV retransmitió en directo todos los momentos previos a las ejecuciones.
La cadena hizo un seguimiento de dos horas a los narcos justo antes de someterse a la inyección total, cuando ésta iba a producirse, pusieron fin a la emisión y conectaron con otro periodista que narraba y enseñaba como unos niños entregaban flores a las personas que capturaron a los recién asesinados narcotraficantes. Esta práctica le ha valido las críticas de todo el mundo que tilda esta actividad como una «aberración».
«Este carnaval en CCTV ha sido una violación no sólo de la ética, sino de las regulaciones del código penal que indican que la pena de muerte no se puede llevar a cabo en público», escribió un abogado de derechos humanos en internet, Liu Xiaoyuan.