Los 115 cardenales electores han vuelto este miércoles a la Capilla Sixtina hacia las 16.00 horas horas, para llevar a cabo la cuarta y, si es necesario, quinta votación para el elegir al sucesor de Benedicto XVI, después de que esta mañana puediera verse la segunda fumata negra sobre el cielo de la Plaza de San Pedro, que indica que ningún cardenal ha sido elegido por la mayoría de 77 votos necesaria. En caso de que el Pontífice fuera elegido en alguna de estas dos votaciones, la fumata blanca podrá verse entre las 17.30 y las 18.00 horas. De ser el resultado negativo, la fumata negra se espera hacia las 19.00 horas. A las 19.15 horas los Cardenales rezarán las vísperas. El segundo día de Cónclave, los purpurados han vuelto a la Capilla Sixtina hacia las 9.30 horas y, a las 11.38 ha podido verse la segunda fumata negra. Posteriormente, se han retirado a almorzar a la Casa de Santa Marta.
Este martes, el humo de la primera fumata del Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI salió negro, a las 19.41 horas, lo que indicaba que ningún purpurado había obtenido la mayoría necesaria de 77 votos para ser elegido el sucesor de Pedro en el primer escrutinio, algo que habría sido insólito. De no conseguir tampoco en estos dos últimos escrutinios elegir a un Pontífice, los purpurados volverán a realizar hasta cuatro votaciones este jueves.
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante estos tres días consecutivos, el proceso de elección se suspenderá por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar «al menos» dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca.
Posteriormente, el nuevo Papa va a la ‘habitación de las lágrimas’ para vestirse y vuelve a la Capilla Sixtina para una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo Pontífice y después cantan el Te Deum. Por primera vez, el nuevo Pontífice irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará –si no es él el elegido– el ‘Habemus Papam’. Posteriormente, el nuevo Pontífice imparte la Bendición Urbi et Orbi como en Pascua y Navidad.