El líder norcoreano, Kim Jong Un, ha definido el programa nuclear de su Gobierno como «un arma disuasoria» para garantizar la «paz» y la «prosperidad» del país asiático, en un discurso pronunciado ante el Comité Central del Partido de los Trabajadores.
«Es sobre la base de una gran fuerza nuclear que la paz y la prosperidad pueden existir y que puede haber felicidad en la vida de los pueblos», dijo el domingo, según ha informado este martes la agencia oficial norcoreana, KCNA.
En consecuencia, el líder norcoreano ha sostenido que la «fuerza nuclear» del régimen comunista «es un arma disuasoria fiable y una garantía para proteger su soberanía» frente a potenciales agresores extranjeros.
Además, Kim ha acusado a Estados Unidos de empujar a Corea del Norte hacia una carrera armamentística en su intento por boicotear el desarrollo económico del régimen comunista.
Analistas políticos han apuntado que este discurso evidencia la intención del joven mandatario de centrar los esfuerzos del Gobierno norcoreano en el desarrollo económico, en lugar de en la seguridad.
Operaciones nucleares
Corea del Norte reconstruirá y reanudará las operaciones en todas sus instalaciones nucleares, según ha informado la agencia de noticias oficial, KCNA, en medio de la escalada de tensión por las amenazas del régimen comunista de atacar objetivos surcoreanos y estadounidenses.
En concreto, ha mencionado sus instalaciones de enriquecimiento de uranio en Yongbyon –las mayores del país asiático–, cuyo reactor nuclear estaba fuera de servicio desde el año 2007.
El Gobierno de Kim Jong Un ha explicado que todas las instalaciones se utilizarán tanto para fines civiles –como la generación de electricidad– como militares.
Estado de guerra
Las dos Coreas se encuentran en «estado de guerra» desde el pasado sábado, cuando el régimen comunista anunció a través de un comunicado que a partir de ese momento todos los problemas que surjan en las relaciones bilaterales «serán abordados de esta forma».
Además, apeló a «una batalla final a vida o muerte» para terminar con «la historia de un largo enfrentamiento con Estados Unidos y dar comienzo a una nueva era». Anteriormente, había amenazado con atacar las bases militares del país norteamericano en Hawai, Guam y Japón.
Corea del Norte ha atribuido su decisión a las amenazas proferidas por Corea del Sur y Estados Unidos, con las que «han rebasado los límites», pasando de «la fase de la amenaza y el chantaje a la temeraria fase de guerra actual».
Estos movimientos se enmarcan en la escalada de tensión regional, que comenzó el año pasado, con los lanzamientos de cohetes de largo alcance de abril y diciembre, y que ha continuado en 2013, con la prueba nuclear del pasado 12 de febrero, por parte de Corea del Norte.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.