El ‘número dos’ del Partido Democrático, Enrico Letta, ha aceptado, aunque con reservas, el encargo del presidente de la República, Giorgio Napolitano, de formar Gobierno de unidad en Italia si bien ha advertido de que no está dispuesto a que dicho ejecutivo nazca «a cualquier precio». En su comparecencia ante la prensa, Letta ha defendido que será un «gobierno de servicio al país» que deberá contar con un «programa con algunos objetivos muy precisos» y ha adelantado que este jueves mismo comenzará las consultas con los partidos, durante las que espera resolver sus «reservas».
«He aceptado sintiendo sobre los hombres una gran responsabilidad porque esta situación inédita y frágil no puede continuar», ha explicado Letta, que formó parte del Gobierno de Romano Prodi y actualmente es diputado.
«El país está esperando un gobierno» porque «necesita respuestas» a problemas como el paro o la situación de los jóvenes, ha afirmado, asegurando que dará prioridad a este último asunto. Igualmente, Letta ha considerado prioritario trabajar «por una política italiana distinta, con reformas institucionales para reducir el número de parlamentarios, cambiar el bicameralismo y una nueva ley electoral».
En este sentido, ha hecho un llamamiento a la «responsabilidad de todas las fuerzas políticas en el Parlamento para que todas juntas llevemos a cabo las reformas necesarias como la reducción de los parlamentarios o la ley electoral».
Letta ha considerado que el suyo, de salir a la luz, será «un gobierno de servicio al país» sustentado en «un programa con algunos objetivos muy precisos», como los ya mencionados, pero también en la «moralización de la vida pública de nuestro país». Lo fundamental, ha aseverado, es que este programa «sea útil para Italia».
Así las cosas, ha indicado que mañana mismo comenzará las consultas con los partidos, durante las que espera «resolver las reservas», y presentarse ante las cámaras para la aprobación de su ejecutivo «lo antes posible».
Preguntado sobre las declaraciones del secretario general del Pueblo de la Libertad, Angelino Alfano, que ha advertido al PD de que solo respaldará a Letta si realmente este partido ofrece un «apoyo real, visible y con un programa fiscal clarísimo e inequívoco» a éste, el primer ministro designado ha afirmado que en las consultas «discutiremos con todas las fuerzas políticas e intentaremos encontrar soluciones».
Pero ha dejado claro, «este gobierno no nacerá a cualquier precio, nacerá si se dan algunas condiciones», principalmente, que sea capaz de «dar respuesta a los italianos que necesitan respuestas a los problemas».
«Única perspectiva posible»
Por su parte, Napolitano ha defendido que «la única perspectiva posible es una amplia convergencia de las fuerzas políticas que puedan garantizar la mayoría en ambas cámaras» y ha expresado su confianza en que Letta tendrá «éxito».
El jefe de Estado ha explicado que «los partidos predispuestos a colaborar no plantearon condiciones sobre el nombre sino que me dieron total libertad y máxima autonomía». En base a ello, ha aclarado, ha optado por Letta porque «aunque pertenece a una generación joven, ya ha acumulado una gran experiencia».
Así las cosas, Napolitano ha confiado en que «todos, y cuando digo todos me refiero también en particular a los medios de comunicación, favorezcan al máximo la distensión, en lugar de volver a centrarse en viejas tensiones». Para el presidente, en estos momentos es «esencial» que haya «un clima de máximo respeto recíproco entre las fuerzas políticas implicadas en colaborar en la formación del gobierno».
Perfil
Nacido en Pisa en 1966, Letta se convirtió en 1998 en el ministro más joven de la República, con 32 años, al ser designado titular de Política Comunitaria por Massimo D’Alema. Además, si finalmente se confirma como primer ministro será el segundo jefe de gobierno más joven, solo superado por Giovanni Goria, que llegó al Palacio Chigi con 45 años.
Antes de ser ministro, ya había trabajado en el Ministerio de Exteriores y posteriormente en el Ministerio del Tesoro en el Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi, cuando trabajó como secretario general del comité para la entrada en el euro.
En el año 2000 pasó a ser ministro de Industria, Comercio y Artesanía en el segundo gobierno de D’Alema, cargo que mantuvo con la llegada de Giuliano Amato, con quien también fue titular de Comercio Exterior hasta 2001. Precisamente ese mismo año logró un escaño como diputado por La Margarita, un partido de centro-izquierda, mientras que en 2004 sería elegido eurodiputado.
Durante el Gobierno de Romano Prodi ocupó el cargo de subsecretario de Estado en la Presidencia del Consejo entre mayo de 2006 y mayo de 2008. En 2007 trató, sin éxito, de ser secretario general del recién nacido Partido Democrático, para en 2008 volver a ser elegido diputado. En las elecciones de este año ha revalidado su escaño.
Estrella Digital/EP