lunes, noviembre 25, 2024
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El Papa Francisco celebra su primera ceremonia de canonización

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El Papa Francisco ha pedido a Dios que sostenga «a tantos cristianos que, precisamente en estos tiempos y en tantas partes del mundo, todavía sufren violencia y les dé el valor para ser fieles y para responder al mal con el bien» durante la primera ceremonia de canonización de su Pontificado este domingo en la Plaza de San Pedro. Así, el Papa Francisco ha declarado santos a Antonio Primaldo y compañeros mártires italianos; Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui, colombiana, fundadora de la Congregación de las religiosas misioneras de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena y de María Guadalupe García Zavala, mexicana, cofundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres.

Precisamente, Benedicto XVI les inscribió en el libro de los santos durante el Consistorio público del pasado 11 de febrero, en el que manifestó también su decisión de renunciar al ministerio petrino.

Por su parte, el Papa Francisco ha destacado reunirse «con alegría para celebrar una fiesta de la santidad» para dar gracias «por la gloria del Amor de Dios en los Mártires de Ótranto, la Madre Laura Montoya y la Madre María Guadalupe García Zavala» y ha saludado en particular a los peregrinos provenientes de Italia, Colombia y México.

Así, el Pontífice ha invitado a ver «a los nuevos santos a la luz de la palabra de Dios» que es una palabra que «invita a la fidelidad a Cristo, incluso hasta el martirio», llama «a la urgencia y la hermosura de llevar a Cristo y su Evangelio a todos» y habla «del testimonio de la caridad, sin el cual, incluso el martirio y la misión, pierden su sabor cristiano».

Por un lado, Francisco ha recordado que hoy la Iglesia propone la veneración de «una multitud de mártires, que juntos fueron llamados al supremo testimonio del Evangelio, en 1480» y ha explicado que «casi 800 personas, supervivientes del asedio y de la invasión de Ótranto, fueron decapitadas en las afueras de la ciudad» porque «no quisieron renegar de la propia fe y murieron confesando a Cristo resucitado».

En esta línea, el Papa ha indicado que los mártires encontraron la fuerza para permanecer fieles en la fe que «hace ver más allá de los límites de la mirada humana, más allá de la vida terrena» por lo que ha invitado a conservar la fe recibida que «es nuestro verdadero tesoro» y a renovar «la fidelidad al Señor, incluso en medio de los obstáculos y las incomprensiones» porque «Dios no dejará que nos falten las fuerzas ni la serenidad», ha señalado.

Por otro lado, el Papa Francisco ha indicado, en español y no en italiano como siempre pronuncia las homilías, que santa Laura Montoya «fue instrumento de evangelización primero como maestra y después como madre espiritual de los indígenas, a los que infundió esperanza, acogiéndolos con ese amor aprendido de Dios, y llevándolos a Él con una eficaz pedagogía que respetaba su cultura y no se contraponía a ella».

En este sentido, ha destacado acerca la obra de evangelización Madre Laura que «también hoy sus hijas espirituales viven y llevan el Evangelio a los lugares más recónditos y necesitados, como una especie de vanguardia de la Iglesia».

Además, el Papa Francisco ha apuntado que la primera santa colombiana «enseña a ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente – como si fuera posible vivir la fe aisladamente -, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida» así como también enseña a «a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, acogiendo a todos sin prejuicios ni reticencias, con auténtico amor, dándoles lo mejor de nosotros mismos y, sobre todo, compartiendo con ellos lo más valioso que tenemos: Cristo y su Evangelio».

Por último, el Pontífice ha precisado también en español que santa Guadalupe García Zavala renunció a «una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús» e insistió «cuánto daño hace la vida cómoda, el aburguesamiento que paraliza» y ha agregado que la nueva santa mexicana enseña «a amar la pobreza, para poder amar más a los pobres y los enfermos».

Asimismo, Francisco ha destacado que las hijas espirituales de la ‘madre Lupita’ también buscan «reflejar el amor de Dios en las obras de caridad, sin ahorrar sacrificios y afrontando con mansedumbre, constancia apostólica y valentía cualquier obstáculo».

En esta línea, el Papa ha indicado que la nueva santa mexicana «invita a amar como Jesús nos ha amado, y esto conlleva no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias ideas, en los propios intereses, sino salir e ir al encuentro de quien tiene necesidad de atención, compresión y ayuda, para llevarle la cálida cercanía del amor de Dios, a través de gestos concretos de delicadeza y de afecto sincero».

Al finalizar, el Papa Francisco ha apuntado que estos nuevos santos son «ejemplos luminosos» de la fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio e invitan a los cristianos «a anunciarlo con la palabra y con la vida, dando testimonio del amor de Dios con el amor, con la caridad hacia todos».

Estrella Digital/EP

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