El ultimátum dado por el Gobierno ucraniano para que los manifestantes prorrusos abandonen los edificios oficiales que mantienen ocupados en el este de Ucrania se ha cumplido este lunes a las 9.00 horas (8.00 hora peninsular española) sin que los separatistas hayan dado indicios de deponer su actitud, según testigos consultados por Reuters.
Un corresponsal de Reuters ha explicado que en la ciudad de Slaviansk, en el este de Ucrania, los manifestantes prorrusos no han dado muestras de querer poner fin a sus acciones y no han entregado las armas. En esta localidad, la bandera rusa todavía ondeaba a las 9.00 horas en el cuartel general de la Policía, uno de los dos edificios oficiales tomados por los separatistas. En ese edificio sigue habiendo hombres armados enmascarados que montan guardia en barricadas frente a ese edificio de la Policía.
Además, este lunes por la mañana ha llegado un camión que ha puesto más neumáticos en las barricadas para reforzarlas. El presidente interino de Ucrania, Oleksander Turchinov, dio el domingo un ultimátum a los manifestantes prorrusos para que depusieran su actitud, abandonaran los edificios ocupados en el este de Ucrania y entregaran las armas antes de este lunes a las 9.00 horas.
Rusia pide a Ucrania un «diálogo sincero»
El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, ha solicitado este domingo a las autoridades ucranianas que no utilicen la fuerza contra los manifestantes prorrusos en el este del país y ha pedido a Kiev que «inicie un diálogo sincero». En su comparecencia durante una reunión de urgencia celebrada por el Consejo de Seguridad de la ONU, Churkin ha asegurado que el «autoproclamado» Gobierno ucraniano cuenta con neonazis y antisemitas en sus filas.
«Los secuaces del Maidan -nombre con el que es conocido el movimiento popular de manifestaciones contra el derrocado presidente Viktor Yanukovich en Kiev- deben dejar de atacar a su propia gente», ha dicho, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
En respuesta, el embajador ucraniano ante la ONU, Yuri Sergeyev, ha acusado a Moscú de crear una crisis «artificial» en el este del país. Horas antes, el presidente en funciones de Ucrania, Oleksander Turchinov, anunció el inicio de una operación militar a gran escala en el este del país y dio de plazo hasta este lunes a los simpatizantes prorrusos para que abandonen los edificios institucionales que tienen bajo su control.
Sin embargo, y para desactivar la tensión en el este del país por la vía política, el presidente también ha ofrecido la posibilidad de incrementar las competencias y la autonomía de estas regiones, afines a Moscú en su mayoría, así como «la renovación de los Gobiernos locales». Turchinov, que ha descrito a los asaltantes como «tropas terroristas coordinadas por la Federación Rusa», ha prometido responder con contundencia al enfrentamiento de esta mañana en el que un militar ucraniano, identificado por el presidente como el coronel Gennady Bilichenko, ha fallecido y otros cinco han resultado heridos.
También durante la jornada del domingo, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha acusado a milicianos prorrusos de irrumpir en edificios gubernamentales de seis ciudades del este de Ucrania «en una operación coordinada y profesional muy similar a las llevadas a cabo en Crimea». El Departamento de Estado ha manifestado que las operaciones estaban «planificadas» y ha dicho que ello queda demostrado con el hecho de que las mismas «tuvieran lugar de forma simultánea en varios lugares del este de Ucrania».