La detención del líder del Sinn Féin, Gerry Adams, ha dividido al Gobierno de Irlanda del Norte, ya que mientras el ministro principal, Peter Robinson, ve en este arresto un avance en el proceso de paz su 'número dos', el nacionalista Martin McGuinness, ha aludido a fuerzas «oscuras» que intentan torpedear los avances de los últimos años.
Adams fue detenido el miércoles por su presunta responsabilidad en el rapto y posterior asesinato de Jean McConville, a la que el IRA identificó como error como una informante de las autoridades. McConville, de 37 años y madre de diez hijos, fue secuestrada en 1972 en Belfast pero su cuerpo no apareció hasta 2003, en una playa del condado de Louth.
El líder del Sinn Féin concedió una entrevista a la cadena irlandesa RTE antes de su arresto en la que se definió como «inocente» y negó haber tomado parte en el «secuestro, asesinato o entierro de McConville». «Se han realizado acusaciones malintencionadas contra mí», lamentó.
En este sentido, y si bien insistió en que «nunca» renegaría del IRA, reconoció que el asesinato de McConville fue un «error» y supuso una «injusticia», tanto para la víctima como para su familia.
La situación de Adams, uno de los grandes símbolos del proceso de paz de Irlanda del Norte y de la firma de los Acuerdos de Viernes Santo, ha trascendido el ámbito judicial para llevarse al político y ha puesto sobre la mesa las divisiones en el seno del Ejecutivo de coalición norirlandés.
El ministro principal, Peter Robinson, del Partido Unionista Democrático, ha felicitado a la Policía. En su opinión, este tipo de acciones «refuerzan el proceso político en Irlanda del Norte», habida cuenta de que pone de manifiesto que «no hay nadie por encima de la ley».
Sin embargo, el viceministro principal, Martin McGuinnes, del Sinn Féin, se ha sumado a la postura de su partido al tachar de político el arresto de Adams. McGuinnes ha asegurado que el Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI, por sus siglas en inglés), contiene un «lado oscuro» que es «hostil al proceso de paz».
«Considero este arresto un intento deliberado de influir en el resultado de las elecciones que tendrán lugar dentro de tres meses, en el norte y en el sur de esta isla», ha advertido.
El primer ministro británico, David Cameron, ha defendido que «no ha habido ninguna interferencia política en este asunto», algo en lo que ha coincidido con su homólogo irlandés, Enda Kenny, que ha recordado que se trata de «un caso de asesinato» con una investigación aún abierta.
Satisfacción de la familia
Entretanto, la familia de McConville no ha ocultado su satisfacción. Uno de sus hijos, Michael, que tenía once años cuando su padre desapareció, se ha mostrado «feliz» en su nombre y en el de sus hermanos, satisfecho porque el PSNI «haga su trabajo», según la cadena de televisión BBC.
Michael McConville ha admitido que nunca pensó que se produciría el arresto de Adams pero ha reclamado a las autoridades que dén aún más pasos para juzgar a los responsables del IRA. Ha reclamado que los «criminales de guerra» sean juzgados en La Haya, ante el Tribunal Penal Internacional (TPI), en lugar de en una corte norirlandesa.