El enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe a Siria, Lajdar Brahimi, ha confesado que se siente «muy triste» por dimitir y dejar el país árabe «en tal mal estado», después de dos años de mediación entre el Gobierno de Bashar al Assad y la oposición.
«No es muy agradable para mí. Es muy triste que deje el cargo y deje a Siria en tal mal estado», ha dicho el diplomático argelino en la rueda de prensa que ha ofrecido este martes después de conocerse su renuncia.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha anunciado este martes que Brahimi abandonará el cargo el próximo 31 de mayo, tras su frustrado intento de poner fin «a una brutal y cada vez peor» guerra civil en Siria.
Ban ha adelantado que buscará un sustituto para Brahimi. «Tengo que pensar quién es la persona adecuada y cuál es el momento adecuado», ha dicho. Entre los posibles candidatos está el ex ministro de Exteriores de Túnez Kamel Morjane, de acuerdo con fuentes diplomáticas.
Hace más de un año que se especulaba con la posible dimisión de Brahimi. Al parecer, se lo habría impedido su deseo de culminar el proceso de Ginebra, en el que consiguió sentar a representantes del Gobierno y de la oposición.
Pero el anuncio de las elecciones presidenciales del próximo 3 de junio habría supuesto un varapalo para su 'hoja de ruta', ya que se trata de un claro intento de Al Assad de garantizar su continuidad en el Gobierno sirio.
Brahimi asumió el cargo en 2012 de la mano del ex secretario general de la ONU Kofi Annan, después de que el plan de paz diseñado por éste fracasara por el reiterado incumplimiento por parte del Gobierno de Al Assad y la oposición.
Desde que comenzaron, en marzo de 2011, los enfrentamientos entre las fuerzas 'assadistas' y una fracturada oposición han acabado con la vida de más de 150.000 personas y han dejado más de un millón de desplazados.