Las inundaciones que han afectado en los últimos días a Serbia y Bosnia, las más graves de los últimos 120 años, podrían desenterrar las miles de minas terrestres que aún quedan especialmente en Bosnia y que fueron colocadas durante la Guerra de Bosnia (1992-1995). Hasta ahora las inundaciones han costado la vida al menos a 44 personas y un tercio del territorio de Bosnia se encuentra bajo las aguas.
Aproximadamente un millón de personas viven en la región más afectada, donde las riadas podrían desenterrar parte de los 120.000 artefactos explosivos que quedan aún por detonar en territorio bosnio, según las autoridades.
También hay más de 9.400 campos de minas cuidadosamente señalados que podrían verse afectados por las lluvias, ya que se han caído los carteles o alambradas que advertían del riesgo.
El Centro de Acción de Minas de Bosnia ha advertido de este riesgo a los vecinos de las zonas afectadas. «Como consecuencia de este desastre natural, las minas podrían haber sido desplazadas desde las zonas de peligro identificadas.Deben adoptarse todas las medidas posibles para alentar a los residentes», indica la organización.
«Han aflorado minas en zonas en las que nunca se habían detectado. Vamos a trabajar con Croacia y Serbia sobre este problema», ha indicado un portavoz del Centro, Sasa Obradovic, en declaraciones al diario británico 'The Independent'.
Cuando terminó la guerra, en 1995, se estimó que un millón de minas terrestres activas en Bosnia y en los últimos diez años han costado la vida a más de 1.800 personas. Pese a los esfuerzos de las autoridades, se estima que aún quedan 120.000 minas terrestres sin explosionar y el Centro recuerda que sólo en lo que va de 2014, se han constatado seis incidentes en los que han muerto cuatro personas y ocho han resultado heridas.