Lo que puede ser un simple beso en la mejilla como gesto de cortesía para muchos puede llegar a ser una ofensa. Así un grupo de universitarias musulmanas han visto el beso que la actriz iraní Leila Hatami le daba al presidente del Festival Internacional de Cine de Cannes, Gilles Jacob, para saludarle y por el que piden que la actriz sea castigada en público con latigazos y condenada a 10 años de prisión.
Consideran que Leila con su saludo «ha herido los sentimientos de Irán en tanto que es una nación orgullosa y tierra de mártires», por lo que también solicitan que «sea azotada, tal como estipula la ley». La demanda añade que el comportamiento de Hatami, y su aparición «con ropa ilícita» en público, «fomenta la corrupción», por lo que piden de uno a diez años de prisión.
Las jóvenes integrantes a la sección estudiantil del grupo Hezbolá presentaban la demanda para que se juzgue el casto gesto con el que actriz y presidente se saludaban el pasado lunes en la alfombra roja. Al conocer la noticia, Jacob de 83 años ha insistido en que no fue la actriz sino él mismo el que le dio un beso. La actriz, protagonista de Una Separación, la única película iraní que ha ganado un Oscar, se encuentra en Cannes como parte del jurado de la Palma de Oro.
Las tensiones en la sociedad iraní son cada vez más intensas. Esta misma semana conocíamos que seis jóvenes quedaban en libertad tras haber sido detenidos por grabar y difundir en YouTube un videoclip de la canción Happy de Pharrell Williams por las calles de Teherán.