El Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) ha comenzado a distribuir en la ciudad iraquí de Mosul, de la que se apoderaron esta semana, una orden que declara que los residentes quedan desvinculados del Gobierno central de Bagdad e impone los principios más estrictos de la Sharia o ley islámica.
El ISIS ordena a «todos los soldados del Islam que asuman su responsabilidad a la hora de recuperar el Califato Islámico» y, a los notables locales, «que se abstengan de colaborar con el Gobierno iraquí so pena de ser considerados traidores».
Las milicias, que han prohibido el consumo de tabaco, drogas y alcohol en toda la ciudad, han instado a los funcionarios de la ciudad a que «se arrepientan» inmediatamente antes de anunciar que procederán a destruir todos los santuarios chiíes y sufíes de la ciudad, según la orden del grupo suní.
Además, el ISIS advierte de que cualquier persona que sea descubierta mientras roba «verá amputada su mano» y, a las mujeres, ordena que se vistan «decentemente, con ropa ancha» y salgan a la calle «solo cuando reciban permiso para ello».
El documento, recogido por Human Rights Watch, está firmado por el máximo responsable de la organización, Abu Bakr al Baghdadi.