Las bombas no solo han destruido casas, también han roto tuberías, fuentes e incluso la central de energía. El acceso a agua potable en Gaza se hace casi imposible: “Estamos en alerta ante la posible aparición de epidemias, principalmente en la piel como puede ser la sarna, pero ya hemos atendido 13 casos de meningitis”, explica Juan Carlos Cano, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Territorios Palestinos Ocupados en Jerusalén.
Hace más de un mes que comenzó el conflicto entre Israel y Gaza. La reciente tregua ha permitido poder hacer recuento de víctimas en la franja y ya hay más de 1.900 muertos y 9.000 heridos, según datos de la ONU.
Los constantes bombardeos dificultan las labores de los médicos que se encuentran en la zona y viven una “gran impotencia» al ver que no dan abasto a tratar a todos los heridos: “Cuando ya hemos curado a 10 personas llegan otras veinte más a las que atender”, asegura Cano.
Actualmente quedan 5 hospitales de los 14 que había en la zona y se encuentran preparados con elementos médicos suficientes para afrontar los primeros casos. Sin embargo desde MSF insisten en que hace falta material para la seguridad ya que los contagios pueden ser sucesivos debido a la falta de higiene de la población que se encuentra hacinada en determinadas zonas. Alrededor de 450.000 personas están desplazadas de sus casas y de ellos, 150.000 se encuentran en escuelas de la ONU.
El miedo se ha apoderado de la población que no sale de sus refugios nada más que para buscar enseres o a familiares perdidos en los bombardeos. Los médicos trabajan sin descanso hasta jornadas de 12 horas para atender a los heridos que presentan traumatismos, aplastamientos o quemaduras. Incluso los médicos necesitan apoyo psicológico: “Es un trabajo muy duro porque tienes que elegir a quién atiendes primero y eso puede generar que esa persona viva o muera”.
Las treguas dadas por Israel, la última este martes, permiten la reorganización de las ayudas por lo que Médicos Sin Fronteras va haciendo cambios en sus efectivos ante lo duro del trabajo. Además Cano confirma que han llegado alimentos y nuevo staff procedente de Egipto para apoyarles. El alto al fuego les permite comenzar a operar a las personas que tenían en espera. “Necesitamos expertos. Tanto cirujanos plásticos como ortopédicos entre otros para poder operar”.
Los más afectados de esta situación están siendo los niños. El 60% de las personas atendidas en el hospital de Al-Shifa eran menores y mujeres. Juan Carlos Cano añade: «El daño de esta guerra no es solo físico, las secuelas psicológicas del conflicto durarán meses e incluso años”.