El norte de Chile está en riesgo por un mega-terremoto, según se desprende de dos estudios, publicados en Nature, en los que expertos geólogos apuntan a que el seísmo que se produjo en abril en la localidad chilena de Iquique (8.2 en la escala de Richter), no puede ser el esperado 'Big One', un terremoto que, según las predicciones, será superior a los 8 grados.
Los científicos han mantenido siempre un ojo en la zona norte de Chile, donde un trozo de corteza de la Tierra se está introduciendo bajo el continente sudamericano a una tasa promedio de alrededor de siete centímetros por año. Estas zonas, llamadas de subducción, son estudiadas por ser el escenario de terremotos de gran alcance.
En 1877, un temblor de magnitud entre 8.6 y 8.8 grados rompió cerca de 500 kilómetros de la falla chilena norte. El seísmo de Iquique rompió sólo una parte de la llamada brecha sísmica –un tramo de una falla activa que no se habían roto en mucho tiempo– un hecho que, los expertos apuntan como causa para provocar un gran terremoto.
«Nuestros resultados indican que el de Iquique no fue el terremoto que se había predicho«, señalan los autores del primer estudio, dirigido por Gavin Hayes del Servicio Geológico de Estados Unidos. A su juicio, secciones importantes de la zona de subducción del norte de Chile no se habían roto en casi 150 años, por lo que es probable que los futuros sismos tengan lugar, potencialmente, al norte de la secuencia de Iquique».
Además, los científicos creen que la presión acumulada a lo largo de este segmento de límite de placas, podría suponer un terremoto de cerca de magnitud 9.
Por su parte, los autores del segundo estudio dijeron que el seísmo Iquique estalló cerca de un tercio de la brecha sísmica de Chile norte, y convino en que «los segmentos restantes bloqueados suponen ahora un aumento significativo de la amenaza sísmica». En este caso, han puesto la magnitud potencial de un mega-terremoto de 8.5 grados.
«El Big One todavía puede estar por venir«, ha apuntado un geólogo de la Universidad de California, Roland Burgmann, que escribió un comentario sobre los estudios que también fue publicado por la revista científica. A su juicio, «los sismólogos chilenos y mundiales se enfrentan ahora a la difícil tarea de comunicar este peligro incierto, pero quizá elevado, sin parecer alarmistas».