Al menos ocho personas han muerto en un atentado con bomba perpetrado este sábado por un suicida que ha empotrado el vehículo que conducía contra la sede de los servicios secretos iraquíes en la capital, Bagdad, según han informado fuentes médicas y policiales.
Por otra parte, en la noche del viernes otro suicida detonó la carga de explosivos que transportaba en un vehículo Humvee cerca de un grupo de militares y milicianos chiíes cerca de Tikrit. Nueve de ellos murieron.
Estos ataques se producen en medio de una espiral de violencia sectaria y tras la muerte el viernes en la provincia de Diyala de 70 fieles que asistían a un acto religioso suní cuando fueron tiroteados con ametralladora.
Además, el Ejército iraquí tiene que hacer frente a la ofensiva en el norte y oeste del país del Estado Islámico, grupo yihadista suní. Esta ofensiva ha provocado una serie de ataques de la aviación estadounidense.