Los cerca de 30 países y organizaciones internacionales que se han dado cita este lunes en París en la conferencia sobre la paz y la seguridad en Irak se han comprometido a dar «ayuda militar adecuada» al nuevo Gobierno iraquí para que pueda combatir al Estado Islámico, si bien no han detallado en qué consiste dicha ayuda.
En las conclusiones publicadas al término del encuentro, los 26 países junto con la UE, la ONU y la Liga Árabe, han manifestado su respeto a la «unidad, la integridad territorial y la soberanía de Irak» y han celebrado la formación del nuevo Gobierno liderado por Haider al Abadi, al que han expresado su «pleno apoyo».
Tras reconocer que el Estado Islámico constituye «una amenaza para Irak pero también para el conjunto de la comunidad internacional», los asistentes han coincidido en que para abordarla «hará falta una acción a largo plazo por parte de la comunidad internacional».
Ante los «crímenes y abusos masivos» que comete el Estado Islámico en las zonas bajo su control, «que pueden ser considerados crímenes contra la Humanidad», se han comprometido a «apoyar, con los medios necesarios, al nuevo Gobierno iraquí en su lucha contra el Estado Islámico, incluida la ayuda militar adecuada, correspondiente a las necesidades expresadas» por Bagdad y «en el respeto del Derecho Internacional y la seguridad de la población civil».
Por otra parte, los asistentes, entre los que estaban Estados Unidos y varios países árabes, ha reiterado su «determinación a aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas a la lucha contra el terrorismo y sus fuentes de financiación».
Igualmente, se han mostrado convencidos de la necesidad de «medidas para prevenir la radicalización, coordinando la acción de todos los servicios de seguridad y reforzando la vigilancia de las fronteras» con el fin de evitar la propagación del Estado Islámico. A este respecto, han planteado la posibilidad de elaborar un «plan de acción para luchar contra la financiación del terrorismo».
… y también ayuda humanitaria
En otro orden de cosas, tras elogiar el papel de la ONU en Irak, se han comprometido a «mantener y reforzar, en función de la evolución de la situación sobre el terreno, los esfuerzos realizados hasta ahora en materia de ayuda humanitaria de urgencia al Gobierno iraquí y a las autoridades locales» para atender a los refugiados y desplazados.
En esta línea, se han mostrado dispuestos a «ayudar a Irak en sus esfuerzos de reconstrucción, en una óptica de desarrollo regional equitativo, mediante expertos y apoyo financiero adecuado», lo que podría pasar por la creación de un «fondo mundial específico para ayudar a reconstruir las zonas devastadas por el Estado Islámico».
A la cita de París, convocada por el presidente francés, François Hollande, han acudido representantes, en su mayoría a nivel de ministros de Exteriores, de los siguientes países: Alemania, Arabia Saudí, Bahréin, Bélgica, Canadá, China, Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Francia, Irak, Italia, Japón, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Países Bajos, Qatar, Noruega, República Checa, Reino Unido, Rusia y Turquía.