lunes, noviembre 25, 2024
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Valls supera la moción de confianza en plena crisis

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El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha superado la cuestión de confianza a su nuevo gabinete en la votación que se ha celebrado este martes en la Asamblea Nacional, aunque con la abstención de 31 diputados socialistas, que han evidenciado así el divorcio entre el Ejecutivo y un sector del partido gobernante.

«Gracias por la confianza. Estaré a la altura de esta confianza», ha dicho Valls tras la votación, subrayando que si el Gobierno ha solicitado el respaldo de los diputados «es para poder seguir nuestro camino» y evitar «cuestionamientos innecesarios».

En total, de los 566 diputados presentes, han votado 513, de los cuales 269 se han expresado a favor –por encima de la mayoría absoluta necesaria de 257– y 244 en contra. Además, ha habido 53 abstenciones, incluidas las de 31 diputados socialistas, según ha informado la prensa francesa.

Estas cifras contrastan con las que consiguió el pasado 8 de abril, cuando presentó su primer Gobierno. Entonces, recabó la confianza de 306 diputados y solamente se abstuvieron once del llamado bloque díscolo del Partido Socialista.

El diputado socialista Christian Paul, uno de los rebeldes, ya había apuntado que los abstencionistas rondarían la treintena, descartando que fuera a haber votos en contra. «Nuestra intención no es salirnos de la coalición (parlamentaria)», explicó.

Paul llamó hace una semana a sus colegas a «una abstención colectiva» en la votación sobre la cuestión de confianza. «No es posible imponer al grupo socialista una unanimidad de fachada en razón del 'impasse' económico y político actual», explicó.

En este contexto, Valls hizo un llamamiento a la «responsabilidad colectiva», alertando del riesgo de que la división en la izquierda termine llevando a la ultraderecha al Palacio del Elíseo, un discurso que ha mantenido a lo largo de esta semana.

La rebelión en las filas socialistas estalló el pasado mes de agosto, con las duras críticas de los entonces ministros de Economía, Educación y Cultura a la política económica del presidente francés, François Hollande.

Ello obligó a Valls a diseñar un nuevo Gobierno, que presentó el pasado 26 de agosto, y que apenas registró cambios respecto al anterior, a excepción de los nuevos titulares de las carteras de Economía, Educación y Cultura.

Hollande vive uno de sus peores momentos en su carrera política. Su popularidad ha alcanzado un nuevo mínimo histórico (13 por ciento) en medio del estancamiento de la economía francesa y de la publicación del libro de su ex mujer Valerie Trierweiler, en el que cuestiona su visión socialista.

Guiño a la izquierda

Consciente de las dificultades que afrontaba dentro de su propio grupo parlamentario, Valls ha orientado el discurso sobre política general, que ha pronunciado durante los 45 minutos previos a la votación, a subrayar que comparte «los valores de la izquierda».

Así, el primer ministro ha anunciado «un bono especial» para los jubilados con las pensiones más bajas, dando marcha atrás en la decisión del Gobierno de no revalorizar las pensiones inferiores a 1.200 euros. Con ello, pasarán de los 792 euros mensuales a 800.

En la misma línea, ha rechazado las propuestas del Movimiento de Empresas de Francia (Medef) de reducir los días festivos y los salarios y flexibilizar las 35 horas semanales, subrayando que «el pacto social es el sello distintivo del Gobierno».

También ha desatacado que la reducción del impuesto sobre la renta ha beneficiado a cuatro millones de hogares este año y que se prevé que sume dos millones más en 2015. «Vamos a continuar esta tendencia», ha afirmado.

Mensaje a la UE

Por otro lado, Valls ha querido enviar un mensaje a la Unión Europea, insistiendo en la necesidad de aliviar el endurecimiento fiscal y de debilitar el euro para reactivar el crecimiento económico en el bloque comunitario.

«Hay que adaptar la velocidad de la reducción del déficit en Europa (…) Y eso implica aplicar toda la flexibilidad que permite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (de la UE)», ha dicho.

Además, aunque ha valorado la reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), ha considerado que hay que ir más allá en cuestión de política monetaria.

«La zona euro se está desacoplando del resto del mundo», ha alertado, apuntando como síntomas de ello al débil crecimiento económico y al creciente riesgo de deflación.

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