Los colegios electorales habilitados para el referéndum sobre la independencia de Escocia han registrado durante todo el día un goteo constante de votantes que confirmaba el interés ante una convocatoria que mantiene al conjunto de Reino Unido en estado de espera hasta que en las primeras horas del viernes se conozca el resultado de una decisión que afectará a su futuro, independientemente de la opción vencedora.
El récord de personas inscritas para responder en las urnas a la pregunta «¿Debería Escocia ser un país independiente?», un 97 por ciento de los mayores de 16 años que tenían derecho a voto, anticipaba ya una participación histórica que las colas registradas en los 2.608 colegios no han hecho más que confirmar.
Aunque los datos de participación no se conocerán hasta el cierre de la jornada, a las 22.00 horas (una más en horario peninsular español), las autoridades locales que se encargan de supervisar la operación han confirmado que la atracción se ha mantenido desde las 7.00 horas, cuando filas de personas aguardaban ya en muchas de las unidades habilitadas para la votación.
En línea con el aumento de la temperatura que la cita había registrado en las últimas semanas, Escocia aparece hoy en un estado de agitación propio de un momento histórico. Los dos bandos han enviado en masa a contingentes de voluntarios para garantizar la normalidad del proceso y los incidentes han sido mínimos, a pesar de que Yes Scotland (Sí Escocia) ha sido acusado de prácticas intimidatorias.
Los líderes políticos han depositado ya su papeleta, empezando por el ministro principal, Alex Salmond, quien lo hizo en su circunscripción de Aberdeenshire, donde reiteró que la de hoy es la «oportunidad de una vida». Tras casi dos años de campaña, el dirigente nacionalista dijo que los dos bandos están ahora «en manos de la gente de Escocia y no hay un lugar más seguro en el que estar».
Ventaja del «No»
Con la última encuesta publicada otorgando una ventaja de seis puntos al 'no', con el 53 por ciento, el líder de Better Together, Alistair Darling, votó en Edimburgo, donde fue recibido por vítores y protestas a partes iguales, pese a lo que se mostró «con mucha confianza».
«Ha sido una larga campaña, las pasiones han aflorado en las dos partes y es comprensible, puesto que estamos hablando de la decisión individual más grande que cualquiera de nosotros tomaremos en nuestra vida«, ha asegurado el ex ministro del Tesoro.
Otro de los líderes que expresaron sus buenos deseos para los partidarios de la unidad fue el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien en un mensaje en Twitter proclamó que «Reino Unido es un socio extraordinario para América y una fuerza para el bien en un mundo inestable». «Espero que se mantenga fuerte, robusto y unido», declaró.
En Londres, por su parte, los partidos británicos mantuvieron un perfil bajo y el primer ministro, David Cameron, ha preferido mostrarse al margen de una jornada en que el aparato de Westminster ha querido que todo el protagonismo se quede en Escocia, a pesar de que la decisión se espera con inquietud debido a las consecuencias políticas, económicas e institucionales para el conjunto de la unión.
Unos de los efectos más inmediatos que preocupan son los que el veredicto tendrá mañana en la apertura de los mercados, especialmente si gana el 'sí', por lo que el ministro del Tesoro, George Osborne, prefirió cancelar su participación en la reunión de los ministros del G-20 en Australia, mientras que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, decidió regresar antes para supervisar en casa el desarrollo de los acontecimientos.
Traspaso de competencias
No en vano, una vez conocido el resultado, la maquinaria británica se pondrá a trabajar con las autoridades de Escocia para garantizar un proceso integral de devolución de poderes, independientemente de que sea dentro de la unión, como espera Better Together, o desde una separación integral que no se proclamaría oficialmente hasta marzo de 2016, de acuerdo con los planes presentados por el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).
El modelo que se impondrá pasará a ser una realidad entre las 6.00 y las 7.00 horas, hora local, del viernes, cuando se prevé que concluya el escrutinio, momento en que uno de los bandos tendrá que reconocer la derrota y dar paso a la colaboración que ayer mismo se ofrecían mutuamente una vez superada esta cita histórica.
Tanto Yes Scotland como Better Together se han comprometido a respetar el resultado y, de hecho, el Acuerdo de Edimburgo firmado por Cameron y Salmond el 15 de octubre para autorizar el referéndum incluye una disposición especial, la Cláusula 30, para garantizar que los dos contendientes lo aceptan y trabajan por los intereses de Escocia y del resto de Reino Unido.
Recuento
Los dos bandos tendrán un breve respiro cuando cierren los colegios a las 22.00 horas, ya que no se conocerá ningún dato por un espacio mínimo de tres horas, a partir de las que el goteo de resultados comenzará a medida que uno de los dos llegue al 50 por ciento.
Desde las 32 circunscripciones regionales se informará primero a la unidad central de operaciones, el Royal Highland Centre, en Ingliston, cerca de Edimburgo, donde se encargarán de verificar el escrutinio y autorizar su publicación.
Los resultados más esperados, los de las grandes ciudades, como la capital o Glasgow, no se sabrán hasta en torno a las 5.00 horas del viernes, para cuando el veredicto final comenzará a tomar forma.
La opción de la independencia se juega mucho en Glasgow, mientras que el 'no' deberá recabar un buen saldo en los tradicionales bastiones laboristas, puesto que fue el acercamiento de estos votantes a la propuesta del Partido Nacional Escocés (SNP) quienes impulsaron al 'sí' en las encuestas.
Una vez completado el recuento en los 32 distritos, la funcionaria jefe del recuento, Mary Pitcaithly, será la encargada de dar a conocer la decisión definitiva de las urnas, que significará la victoria para uno de los bandos.