martes, noviembre 26, 2024
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EEUU no sabe qué hacer con sus cárceles secretas en Afganistán

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Washington ha confirmado que está buscando opciones que les permitan mantener las prisiones secretas cuando termine, en diciembre de este año, su misión militar en Afganistán. Por el momento, y según ha dicho este lunes un comandante de Estados Unidos, el destino de un grupo de presos retenidos en secreto en una prisión de Afganistán continúa en un limbo.

Según ha explicado en declaraciones a Reuters el general de brigada 0 Patrick J. Reinert, los reclusos –extranjeros que fueron capturados en campos de batalla de varios países–  podrían ser transferidos al sistema judicial de Estados Unidos o, como último recurso, a la prisión de la bahía de Guantánamo en Cuba.

El dilema sobre qué hacer con los detenidos en una prisión cerca del aeródromo de Bagram, al norte de Kabul, ha reavivado la indignación sobre la política estadounidense de retención de personas, unas críticas que ya se vivieron en las primeras fases de la guerra afgana.

Tras los ataques en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, presuntos milicianos islamistas fueron secuestrados y retenidos en prisiones secretas en todo el mundo, sin que se presentasen cargos ni pruebas en su contra.

Con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, Estados Unidos abandonó el uso de este tipo de políticas, pero la retención de este grupo de presos cerca de Bagram aparece como un recordatorio de que la cuestión no se ha cerrado.

«Tenemos que resolver su destino, ya sea volviendo a sus países o entregándolos a los afganos par que los procesen o, incluso, buscar cualquier otra solución que el Departamento de Defensa vea como solución», ha dicho Reinert.

De los detenidos y su identidad, son muy pocos los datos que se han dado a conocer. De hecho, Estados Unidos se ha negado a revelar sus nacionalidades, donde fueron capturados y cuántos están aún en su custodia.

La mayoría de los presos son de Pakistán, según el grupo de Derechos Humanos Justice Project Pakistán. Pero también hay originarios de Yemen, Rusia y Arabia Saudita. Además, según datos de los propios funcionarios estadounidenses que estaban en la prisión, había unos 50 ciudadanos extranjeros retenidos el año pasado, justo antes de que se entregase el control de la prisión a los afganos.

Su situación es cada vez más urgente debido a que Estados Unidos perderá el derecho a mantener a los prisioneros en Afganistán al finalizar 2014, fecha en la que termina la misión internacional militar que lideraban.

Según ha dicho Reinert, el deseo de Estados Unidos pasa por repatriar a los detenidos, pero esta opción no se podrá llevar a cabo hasta que los países de origen no garanticen sus condiciones. «Hasta que el país ofrezca garantías, el individuo no puede ser transferido», ha añadido.

Otra posible solución sería la transferencia de los prisioneros a Estados Unidos, donde podrían ser procesados. «Si alguien ha cometido un delito en el extranjero, que podría ser un crimen también en nuestro país, ese detenido puede ser trasladado a Estados Unidos», ha explicado Reinert.

La tercera opción es Guantánamo, una solución menos probable por la presión recibida para cerrar el centro, según ha recordado.

En 2008 Obama hizo la promesa de cerrar la prisión en Cuba y todavía hoy no la ha cumplido. Continúan retenidas 155 personas bajos dos condiciones: o entienden que son individuos muy peligrosos para dejarlos en libertad, o no encuentran otro país que quiera acogerlos.

La semana pasada se repatrió en secreto a 14 detenidos paquistaníes asegurando que ya no había evidencia real para mantenerlos en prisión. Otros paquistaníes repatriados han llegado ha estar encarcelados durante una década sin que se presentasen cargos sobre ellos.

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