El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido este martes -madrugada del miércoles en España- al Congreso estadounidense que inicie el camino para poner fin al embargo a Cuba, durante su discurso sobre el Estado de la Unión, en el marco de las negociaciones que se iniciarán este miércoles en La Habana con el objetivo de normalizar las relaciones bilaterales entre ambos países tras más de medio siglo de enfrentamiento.
«En Cuba, estamos poniendo fin a una política que debería haber terminado hace tiempo. Cuando uno hace algo que no funciona durante 50 años es hora de probar algo nuevo», ha señalado el mandatario estadounidense, que ha insistido en que busca acabar con «un legado de falta de confianza en el hemisferio».
Obama ha explicado que este cambio de política respecto a Cuba «desmorona una excusa ficticia para imponer restricciones en Cuba, defiende los valores democráticos y extiende una mano de amistad al pueblo cubano». Asimismo, ha aludido a unas palabras del Papa Francisco en las que afirmó que la diplomacia es un trabajo de «pequeños pasos».
Entre esos «pequeños pasos», el presidente ha querido celebrar la liberación por parte del Gobierno cubano del contratista estadounidense Alan Gross, que ha sido invitado por la Casa Blanca a asistir a este acto. «Bienvenido a casa, Alan», ha dicho Obama ante un Congreso que, por primera vez durante su mandato, cuenta con mayoría republicana en ambas Cámaras.
Por otra parte, el presidente ha aprovechado para insistir en que no cejará en su intento de cumplir la promesa adquirida al inicio de su Gobierno de cerrar la prisión militar estadounidense de Guantánamo (Cuba), una medida que es rechazada por buena parte de los legisladores republicanos.
«Ha llegado la hora de finalizar el trabajo. Estoy decidido y no desistiré hasta que cerremos la prisión. Nosotros no somos así», ha señalado Obama, que ha recordado que durante estos últimos seis años ha trabajado «de forma responsable» para reducir la cantidad de presos encerrados en Guantánamo a la mitad.
«Todas las personas que vivimos en Estados Unidos tenemos un compromiso profundo con la justicia, por lo que no tiene ningún sentido gastar tres millones de dólares por prisionero para mantener abierta una prisión que el mundo condena y los terroristas usan para reclutar», ha sentenciado.
Alianzas internacionales contra el terrorismo
«Cuando tomamos decisiones apresuradas y reaccionamos ante los titulares en vez de usar nuestra cabeza, cuando la primera respuesta ante un desafío es enviar a nuestras fuerzas armadas, corremos el riesgo de ser arrastrados a pelear en conflictos innecesarios y le damos la espalda a la estrategia de más amplio alcance que necesitamos para tener un mundo más seguro y próspero», ha valorado. «Eso es lo que nuestros enemigos quieren que hagamos», ha agregado.
Así, ha apostado por un liderazgo estadounidense «más inteligente», afirmando que es mejor «combinar el dominio militar con una estrategia diplomática sólida». «Esto es exactamente lo que estamos haciendo ahora mismo, y está marcando la diferencia alrededor del mundo», ha apuntado.
El mandatario ha hecho referencia a las «lecciones aprendidas» desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 y la invasión de Afganistán, sosteniendo que la decisión de retirarse del país y entrenar a sus fuerzas de seguridad ha sido la adecuada.
En esta línea, ha defendido «formar alianzas con países del sur de Asia y del norte de África para negar a los terroristas que amenazan a Estados Unidos un lugar para refugiarse», apostando por esta vía en lugar de por el envío de tropas al extranjero.
«En Irak y Siria, el liderazgo estadounidense, que incluye nuestro poder militar, está parando el avance del Estado Islámico. En lugar de vernos arrastrados a otra guerra terrestre en Oriente Próximo, estamos liderando una amplia coalición que incluye a las naciones árabes para degradar y, en última instancia, destruir a este grupo terrorista», ha resaltado.
Asimismo, ha recordado el apoyo estadounidense a la oposición moderada siria para que colabore con estos esfuerzos internacionales contra el «extremismo violento». «Este esfuerzo va a requerir tiempo. Y va a requerir concentración. Pero triunfaremos», ha prometido.
En este sentido, ha pedido al Congreso que apruebe una resolución que autorice el uso de la fuerza contra el Estado Islámico. El Gobierno estadounidense ha argumentado que su campaña de bombardeos contra objetivos de la formación en Irak y Siria en legal en base a una autorización aprobada por el entonces presidente George W. Bush en relación con la guerra en Irak y la lucha contra la organización terrorista Al Qaeda y otros grupos asociados.
Sin embargo, varios congresistas han explicado que sería preferible que exista un debate y se apruebe una nueva autorización para la lucha contra los milicianos del Estado Islámico, que han matado a miles de personas en su ofensiva en Irak y Siria.
Respaldar la democracia en Ucrania
Por otra parte, Obama ha resaltado el papel de la diplomacia estadounidense en el caso de la crisis en Ucrania, defendiendo que «las naciones grandes no pueden intimidar a las pequeñas». «Es lo que hemos hecho al oponernos a la agresión rusa, respaldar la democracia en Ucrania y tranquilizar a nuestros aliados de la OTAN», ha dicho.
«El año pasado, mientras realizábamos el difícil trabajo de imponer sanciones junto con nuestros aliados, algunos sugirieron que la agresión de (el presidente ruso, Vladimir) Putin era una exhibición magistral de estrategia y fuerza. Lo cierto es que quien se mantiene hoy fuerte y unido a sus aliados es Estados Unidos, mientras que Rusia está aislada y con una economía en ruinas», ha apuntado.
En otro orden de cosas, el mandatario ha defendido el proceso de negociaciones con Irán, destacando que durante el mismo «se ha detenido el progreso de su programa nuclear y reducido sus reservas de materiales nucleares».
«Entre ahora y esta primavera tenemos la oportunidad de negociar un acuerdo exhaustivo que servirá para prevenir el surgimiento de un Irán con armas nucleares y garantizar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, entre los que se encuentra Israel, a la vez que evitará otro conflicto armado en Oriente Próximo», ha asegurado.
«No hay ninguna garantía de que las negociaciones tendrán éxito. Sin embargo, si este Congreso aprueba nuevas sanciones en este preciso momento, se producirá ni más ni menos que el fracaso de los esfuerzos diplomáticos», ha advertido. «Por esa razón, vetaré cualquier proyecto de ley que imponga nuevas sanciones y ponga en peligro nuestro progreso», ha dicho.
Obama se centra en la defensa de la clase media y las medidas económicas contra la desigualdad
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha centrado se discurso sobre el estado de la Unión, ante ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos, en la defensa de la clase media y las medidas económicas contra la desigualdad, tras asegurar que «la sombra de la crisis ha pasado» y que el país ha salido fortalecido, con una economía que «crece y genera empleos al ritmo más rápido desde 1999».
«¿Aceptaremos una economía donde sólo a unos pocos les va muy bien? ¿O vamos a comprometernos a una economía que genere mayores ingresos y oportunidades para todos los que hacen el esfuerzo?», ha señalado el presidente.
En este sentido, Obama ha insistido en que Estados Unidos ha salido la recesión «con más libertad para escribir su propio futuro que cualquier otra nación en la Tierra» y, por ello, ha apostado por presentar medidas que tengan como objetivo «proteger a las familias de la ruina y fomentar la competencia justa». Así, ha avanzado que en dos semanas mandara al Congreso «un presupuesto lleno de ideas prácticas, no partidistas».
Entre ellos, destacaría la disminución de los impuestos a la clase media para impedir que solo unos cuantos se beneficien del sistema tributario del país. Una reforma fiscal que ya ha planteado previamente con la que pretende aliviar a las familias de clase de media e incrementar la carga impositiva a las rentas más altas.
«Eso es lo que significa la economía de la clase media: la idea de que este país va mejor cuando todos tienen una oportunidad justa, todos ponen de su parte y todos siguen las mismas reglas. No solo queremos que todos compartan el éxito de Estados Unidos, queremos que todos contribuyan a nuestro éxito», ha señalado el presidente en su esperado discurso.
Otras medidas que contempla el mandatario estadounidense, para las que espera contar con el apoyo del Congreso –de mayoría republicana en ambas cámaras–, son el aumento del salario mínimo y la aprobación de una ley que garantice que la mujer reciba el mismo salario que el hombre cuando hace el mismo trabajo.
«Si realmente creen que ustedes serían capaces de trabajar a tiempo completo y mantener una familia con un sueldo anual inferior a 15.000 dólares, inténtenlo. Si no, voten para darles a millones de las personas más trabajadoras en Estados Unidos un aumento», ha dicho Obama a los legisladores reunidos este martes en Washington.
«No podemos arriesgar la seguridad de las familias al quitarles el seguro de salud, ni deshacer las nuevas reglas en Wall Street, ni volver a las mismas luchas del pasado sobre inmigración cuando lo que tenemos que hacer es arreglar el sistema. Y si llega a mi despacho un proyecto de ley que pretenda hacer cualquiera de estas cosas, lo vetaré», ha aseverado.
Por último, dentro de esta «política mejor» a la que aspira Obama, ha instado a buscar puntos de encuentro en los grandes temas de conflicto. Así, ha reclamado una ley de inmigración que no separe a una madre trabajadora de su hijo; avances en el derecho al voto que «se le está negando a demasiadas personas»; o sensibilidad en torno las polémicas raciales tras los hechos ocurridos en Ferguson y Nueva York.
Republicanos denuncian la «frustración» de los estadounidenses con Obama y apuestan por un «cambio de rumbo»
Los legisladores republicanos han denunciado la «frustración» de los estadounidense con el Gobierno de Barack Obama y han apostado por un «cambio de rumbo», con la esperanza de que el presidente coopere con ellos para sacar adelante proyectos en el Congreso, donde tienen mayoría en ambas cámaras, por primera vez durante el mandato de Obama.
De esta forma ha respondido la senadora de Iowa, Joni Ernst, como portavoz de los republicanos en el Congreso estadounidense, al discurso del Estado de la Unión de Obama, en un mensaje que también ha sido emitido en español de la mano del representante del estado de Florida, el hispano Carlos Curbelo.
«Hemos escuchado el mensaje enviado por los votantes en las pasadas elecciones. Sabemos que hay mucha frustración con Washington y queremos cambiar de rumbo», han señalado, después de que el presidente de Estados Unidos presentase una propuesta con la que confía en incentivar las mejoras económicas a la clase media.
Los republicanos, sin embargo, han denunciado que Washington ha rechazado escuchar y no ha trabajado hacia la meta de una economía saludable que ofrezca oportunidades a todos y no solo a los privilegiados. «Pesa ver cómo la economía está dejando a tantas personas rezagadas y que pese a que muchos trabajan arduamente, sus sueldos no les alcanzan para vivir cómodamente», lamentan.
En este punto, han criticado que Obama vaya a bloquear «una oportunidad de crear buenos empleos», en referencia al proyecto de ley para la construcción del controvertido oleoducto Keystone XL, que transportaría hasta 830.000 barriles de petróleo por día entre Canadá y la costa del Golfo de México –que cuenta con el apoyo de los republicanos y el recelo de la Casa Blanca, que podría vetarlo–.
«Nos inquietan las inmerecidas concesiones del gobierno del presidente Obama para los regímenes de Irán y Cuba, ambos países son regidos por crueles dictaduras que por décadas han intentado perjudicar a nuestro país y a nuestros aliados y tenemos que hacer más para honrar a los veteranos de guerra», han añadido los republicanos.