El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha asegurado este jueves que los líderes reunidos en Minsk han llegado a un acuerdo sobre el conflicto en el este de Ucrania y que han acordado la imposición de un alto el fuego que entrará en vigor este domingo y la retirada de artillería pesada de la zona.
En declaraciones a la prensa tras casi 16 horas de conversaciones en la capital bielorrusa, el mandatario ruso ha asegurado que han logrado «acordar los temas principales» y ha concretado que el acuerdo de cese de hostilidades entra en vigor este domingo.
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, ha afirmado que se ha alcanzado un acuerdo global que incluye un alto el fuego y un pacto político para poner fin a la crisis de Ucrania. Hollande ha dicho que quedan muchos temas por tratar pero que el acuerdo ayudará a mejorar la situación en el país.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha afirmado que el alto el fuego comenzará en la medianoche del 15 de febrero y que la retirada de armamento pesado comenzará dos días después. Además, ha asegurado que se ha acordado la liberación de todos los «rehenes» durante los próximos 19 días, incluida la piloto militar ucraniana Nadia Savchenko.
Inyección financiera del FMI de 15.500 millones de euros
La noticia del resultado de las negociaciones que impulsan desde hace días los máximos dirigentes de Rusia, Alemania y Francia, más Ucrania, coincide con una nueva inyección financiera hacia Kiev.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha anunciado un nuevo acuerdo para la concesión de asistencia financiera adicional a Ucrania por importe de 12.350 millones de derechos especiales de giro (15.500 millones de euros) bajo la forma de una línea ampliada de financiación con cuatro años de vigencia, que eleva a unos 40.000 millones de dólares (35.400 millones de euros) el rescate del país.
«Este nuevo acuerdo a cuatro años respaldará la inmediata estabilización económica de Ucrania, así como una serie de valientes reformas dirigidas a restablecer un crecimiento robusto a medio plazo y a mejorar los estándares de calidad de vida de los ciudadanos ucranianos», indicó Lagarde.
«Se trata de un programa ambicioso; duro y no carente de riesgos, pero también es un programa realista y su implementación efectiva una vez que sea aprobado por nuestro Consejo Ejecutivo puede suponer un punto de inflexión para Ucrania», añadió.
La directora gerente del FMI expresó su confianza en el éxito del nuevo rescate por el «demostrado compromiso con las reformas» de las autoridades de Ucrania, que en un entorno difícil han mantenido una fuerte disciplina fiscal, logrando un déficit presupuestario del 4,6% del PIB, frente al objetivo del 5,8%, así como implementando un tipo de cambio flexible de la moneda y llevando a cabo una drástica subida de los precios del gas para los consumidores.
Lagarde destacó también que «en un primer movimiento en este sentido en muchos años» el Gobierno de Ucrania ha comenzado a fortalecer el marco legal para combatir la corrupción y el blanqueo de capitales.
Asimismo, la directora del FMI subrayó que las autoridades ucranianas han expresado su compromiso para adoptar nuevas medidas bajo el nuevo plan de rescate, incluyendo incrementos considerables del precio de la energía, la reestructuración del sector bancario y reformas en la gobernanza de las empresas públicas.
«Este programa requerirá de la firme determinación de las autoridades para reformar la economía. Para ayudar a amortiguar el ajuste, especialmente entre los grupos sociales más pobres, se están tomando medidas para fortalecer la red de la seguridad social», defendió Lagarde.
Por otro lado, Lagarde destacó que las autoridades de Kiev pretende negociar con los tenedores de su deuda soberana con el objetivo de mejorar su sostenibilidad a medio plazo.
De este modo, al tener en cuenta la aportación de las distintas fuentes, la directora gerente del FMI estima que el total del paquete de asistencia financiera para Ucrania ronda los 40.000 millones de dólares para un periodo de cuatro años.
«El programa se basa sobre asunciones macroeconómicas conservadoras para amortiguar el impacto del conflicto en el Este del país», indicó Lagarde, quien aseguró que la resolución del mismo «fortalecerá y acelerará las perspectivas de estabilización macroeconómica y crecimiento».