El caricaturista sueco Lars Vilks, testigo del primero de los tiroteos del sábado en Copenhague, se ha refugiado «en un lugar secreto» hasta que se aclaren las circunstancias del incidente, según ha dicho él mismo este lunes al Channel 4 británico.
Vilsk, amenazado de muerte por publicar caricaturas de un perro con la cabeza de Mahoma, participaba en una cafetería en un acto sobre libertad de expresión cuando entró el atacante, identificado por los medios como Omar Abdel Hamid el Hussein.
Un documentalista, Finn Norgaard, falleció por los disparos y tres personas más resultaron heridas. El supuesto tirador mató posteriormente al guardia de una sinagoga, antes de perder la vida en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
El dibujante sueco salió ileso del ataque, pero ha decidido refugiarse «en un lugar secreto, totalmente desconocido», para evitar riesgos. Vilsk ha explicado que permanecerá recluido hasta tener «una imagen más clara» de lo que ocurrió, algo que confía en que suceda «en unos días o una semana».
Sorpresa
El caricaturista ha explicado que el tiroteo le cogió «por sorpresa» y, en este sentido, ha descrito la escena como algo «irreal» a lo que le costó reaccionar en un principio. «Tardas un tiempo en entender que te están atacando. ¿Está ocurriendo? ¿Es real? Es una situación muy extraña», ha relatado.
Vilsk ha dicho sentirse como «una especie de símbolo» tras haber sido señalado como potencial «objetivo» del ataque del sábado, pero no renunciará a seguir dibujando a Mahoma. El dibujante ha afirmado que forma parte de su «seña de identidad».