La Policía ha matado al supuesto autor del tiroteo que ha causado la muerte de al menos ocho personas en un bar de la localidad de Uhersky Brod, situada en el extremo oriental de República Checa, según ha informado la agencia de noticias CTK.
El portal de noticias checo www.idnes.cz ha asegurado que el autor de los disparos sería un hombre de unos 60 años y con problemas mentales. El ministro del Interior de la República Checa, Milan Chovanec, ha informado de que hay al menos ocho fallecidos, aunque la cadena de televisión pública checa eleva el balance a nueve muertos. Entre los fallecidos figura el autor de los disparos, que ha sido abatido a tiros por agentes de la Policía, según informa Reuters.
El portavoz de la Policía Pavel Stransky ha confirmado que el tirador ha sido «neutralizado» y ha asegurado que el tiroteo en el restaurante Druzhba ya ha finalizado. El alcalde de la localidad, Patrick Kuncar, ha explicado que el autor del tiroteo habría realizado al menos 25 disparos.
Un hombre que se ha refugiado en el baño del bar ha explicado que había unas 20 personas en el interior del local cuando el individuo ha abierto fuego de forma indiscriminada.
El autor es un hombre «mentalmente inestable»
El autor del tiroteo perpetrado este martes en un restaurante de la localidad de Uhersky Brod, en el este de República Checa, es hombre de 60 años de edad «mentalmente inestable», de acuerdo con el alcalde, Patrik Kuncar.
«Por la información que tengo, era un residente local de 60 años de edad, probablemente, mentalmente inestable», ha dicho en declaraciones a la televisión checa.
Kuncar ha indicado que, según el balance de víctimas proporcionado por la Policía, hay nueve muertos –ocho víctimas y el propio atacante, que se habría suicidado tras el tiroteo–. Además, la prensa checa dice que habría varios heridos.
El ataque se ha producido a la hora de la comida cuando este hombre ha irrumpido en el restaurante Druzba y ha abierto fuego de forma indiscriminada, realizando hasta 25 rondas de disparos, lo que ha provocado un rápido despliegue policial en torno al local.
Este tipo de incidentes son poco frecuentes en República Checa, un país de 10,5 millones de habitantes y mucho más en Uhersky Brod, una pequeña localidad de 17.000 personas ubicada a 300 kilómetros de Praga, cerca de la frontera con Eslovaquia.