Venezuela ha despedido este miércoles al adolescente de 14 años de edad que murió por un disparo en la cabeza supuestamente realizado por un agente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en la manifestación estudiantil del martes en San Cristóbal, en medio de fuertes protestas que han dejado varios heridos.
Kluiverth Ferney Roa falleció en el acto al recibir una bala en el cráneo durante la manifestación celebrada ayer en la sede de la Universidad Católica de Táchira (UCAT), en la que ni siquiera estaba participando.
Horas después, las fuerzas de seguridad detuvieron al oficial de la PNB Javier Mora Ortiz, de 32 años, que ha sido imputado por homicidio intencional calificado por motivos fútiles e innobles, por uso indebido de su arma reglamentaria y por romper los pactos y convenios internacionales.
Decenas de venezolanos se han concentrado este miércoles en el punto exacto donde falleció, en el Barrio Obrero de San Cristóbal, en una vigilia en su honor. La familia ha traslado hasta allí el féretro, para finalmente enterrarlo con una ceremonia cristiana.
Disturbios
Lejos de este ambiente solemne, San Cristóbal ha acogido varias protestas que han desembocado en disturbios con lanzamiento de artefactos explosivos y gases lacrimógenos, quema de neumáticos y barricadas.
También se han registrado numerosos incendios provocados, entre ellos el de un camión de la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) en Junín y el de la oficina de Vigilancia y Transporte Terrestre de la Policía de San Cristóbal.
En este contexto, la PNB se ha desplegado en puntos estratégicos de la capital tachirense, como la residencia oficial del gobernador, José Vielma Mora, que ya fue asaltada en disturbios similares ocurridos hace un año.
«Ciertas personas, algunas de ellas ya identificadas, se aprovecharon de la situación para cometer hechos vandálicos contra instituciones públicas que nada tenían que ver con lo acontecido», ha denunciado el director de la Policía local, Ángel Perdomo.
Vielma Mora, por su parte, ha hecho un llamamiento «a todos los padres para que no descuiden a sus hijos». «Ellos deben estar bajo la custodia y vigilancia permanente de las acciones de su representado, sin dejar todas las responsabilidades a las autoridades», ha dicho.
En un tono muy distinto, la alcaldesa de San Cristóbal, Patricia de Ceballos, ha expresado su «solidaridad» a la familia de Roa. «Condenamos este vil hecho», ha subrayado, urgiendo a «madres y padres a seguir unidos en la lucha por la vida de todos».
Otras protestas
Las protestas se han extendido a otras ciudades venezolanas, entre ellas Mérida, donde al menos cinco estudiantes universitarios han resultado heridos, uno de ellos de bala, en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad frente a las facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas y Medicina de la Universidad de Los Andes (ULA).
Mientras, en Trujillo, el líder estudiantil Jorge Arellano ha denunciado que sus compañeros Jesús Barrios y Andrea Bracamonte han sido detenidos por protestar por la muerte de Roa, aunque finalmente han sido liberados horas después.
En Caracas las protestas han tenido un carácter más reivindicativo. Decenas de estudiantes han marchado hacia el Ministerio de Interior para exigir «justicia» y «castigo a los responsables» de la muerte de Roa, según ha informado 'El Universal'.
Además, han reclamado la «derogación inmediata» de «la resolución 8610», publicada el pasado 27 de enero y que permite el uso de armas contra manifestantes. «Es una infamia que ayer tiñó de sangre al Táchira», ha dicho el también líder estudiantil Hasler Iglesias.
Varias decenas de personas, sobre todo mujeres, se han concentrado frente a la Nunciatura Apostólica, en Caracas, atendiendo así al llamamiento de la líder opositora María Corina Machado a «las madres venezolanas» para «elevar sus voces» por esta muerte.
«La crueldad, indolencia e impunidad desgarran a la familia venezolana. Las madres tenemos que detener este horror. Todas perdimos un hijo ayer», ha escrito en su cuenta oficial en Twitter.