Las cifras hablan por sí solas: más de 6.000 personas muertos y más de 14.000 heridos desde el estallido de la guerra en Ucrania. Este es el trágico balance de once meses de conflicto entre las fuerzas militares de Kiev y los separatistas prorrusos, según las estimaciones de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
La agencia de Naciones Unidas ha asegurado que los combates registrados en las últimas semanas, especialmente en torno al aeropuerto de Donetsk y en la localidad de Debaltseve, han dejado cientos de muertos «civiles y militares» y una «situación insostenible» para las personas que quedaron atrapadas o fueron secuestradas en esas zonas «controladas por grupos armados».
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha asegurado que los informes sobre la situación de Derechos Humanos en Ucrania difundidos este lunes confirman la «devastación despiadada» contra las vidas civiles y las infraestructuras, con mujeres, niños, ancianos y grupos vulnerables como colectivos particularmente afectados.
El pasado mes de febrero el Alto Comisionado expresó gran preocupación por los civiles y soldados capturados o heridos en la región ucraniana de Debaltseve, donde los intensos combates continúan como consecuencia de las violaciones del alto el fuego por parte de los grupos armados.
La Oficina del Alto Comisionado afirma que no es difícil cuantificar el número de civiles que se encuentran atrapados en esa zona, cuántos han muerto o están heridos, ni si tienen acceso a atención médica y otros servicios básicos.