La Unión Europea y Cuba celebran este miércoles y jueves –4 y 5 de marzo– en La Habana la tercera ronda de negociaciones para normalizar las relaciones bilaterales, con asuntos «sensibles» por primera vez en la agenda de estas conversaciones como los Derechos Humanos o cuestiones vinculadas al comercio y la economía.
La dimensión de los Derechos Humanos «está en la esencia» de la Unión Europea y es algo que «sabe y acepta» el régimen cubano a la hora de conversar con el bloque comunitario, según un alto funcionario europeo, que asegura que «no se cuestiona» que el acuerdo que pueda surgir de estas negociaciones incluya las salvaguardas habituales.
Se refiere a las cláusulas que los 28 incluyen habitualmente en sus pactos con terceros y que permiten la suspensión inmediata y de manera unilateral de tales acuerdos si se vulneran los Derechos Humanos y libertades fundamentales.
Con ello se fija un marco «legalmente vinculante» en esta área, sin que por ello se negocien medidas «específicas» para la defensa de los Derechos Humanos en la isla.
Desde el Servicio Europeo de Acción Exterior sostienen que en el diálogo bilateral «siempre» se aborda este asunto, pero no aclaran si se hace de manera directa, por ejemplo, reclamando la liberación de presos políticos como sí ha hecho Estados Unidos en sus contactos con la isla para iniciar el deshielo de las relaciones.
Acuerdo entre gobiernos
Con todo, las fuentes europeas dejan claro que se trata de un acuerdo negociado «a nivel de Gobiernos», por lo que la sociedad civil «no forma parte» de las conversaciones. Ello no impide a la Unión Europea «escuchar a grupos de interés» para saber cuáles son sus «expectativas», dicen las fuentes, en referencia a la disidencia cubana.
El diálogo con la sociedad civil «es más difícil en Cuba que en Europa», añaden, pero la UE mantiene contactos con ella.
Las dos primeras rondas –en abril y agosto de 2014– sirvieron para que las partes fijaran la 'hoja de ruta' de las negociaciones y exploraran el «terreno para el acuerdo» en áreas clave como la cooperación; con el objetivo de convenir un «marco legal para el diálogo, la cooperación y las relaciones comerciales y económicas», según han explicado fuentes europeas.
Aunque el objetivo es un acuerdo de diálogo político y cooperación, la Unión Europea aspira a incluir también medidas que favorezcan las inversiones y mejoren las relaciones comerciales, aunque «no se contempla un acuerdo preferencial en el ámbito comercial».
La perspectiva de que Washington adelante a Bruselas en la normalización de las relaciones con la isla es también un factor que puede condicionar las negociaciones, aunque las fuentes consultadas creen «prematuro» saber cuál será su impacto.
Desde que los Veintiocho acordaron en febrero del año pasado iniciar los contactos para negociar un acuerdo con Cuba, se han celebrado, con la de esta semana, tres rondas de negociaciones y la UE calcula que habrá al menos otras tres este 2015. Sin embargo, no cuentan con un calendario aproximado sobre cuándo podría concluir el proceso, condicionado por los 28 a los gestos y reformas que comprometa La Habana.
En cualquier caso, la Posición Común que introdujo el bloque comunitario en 1996 –a instancias del Gobierno español de José María Aznar– para condicionar las relaciones bilaterales a avances democráticos en la isla sigue en vigor.
El proceso de negociación se ha «desvinculado» de esta posición europea, que fue adoptada por unanimidad por los Estados miembros y que requiere, por tanto, la misma unanimidad para ser levantada.